La garganta del Cares entusiasma
Los ruteros coinciden al valorar la excursión en Picos de Europa como la más destacada de esta edición
AVILÉS Actualizado: Guardar"La marcha por Picos de Europa ha sido la más espectacular de las muchas que hemos hecho este año tanto en Perú como en España". Helena Bermejo, de Cáceres, no tiene dudas. La caminata de 21 kilómetros que los expedicionarios de la Ruta Quetzal BBVA han completado en Picos de Europa se lleva la medalla de oro del particular 'ranking de marchas' de este año. Las imágenes que ha dejado la excursión por el desfiladero de Cares, entre paredes verticales de piedra caliza, quedarán guardadas para siempre entre los 225 ruteros de 53 países. Las cámaras de fotografía trabajaron en Picos de Europa más que en ninguna otra marcha. Y eso que la Quetzal de este año ha tenido de todo. Desde caminatas por el Amazonas, en la sierra de Segovia y en los bosques de Urbasa. Cada una con su encanto. Pero ninguna como la de realizada en el Parque Nacional de los Picos de Europa, el segundo más visitado en España tras el del Teide. La rutera Marta Amann, de Getxo, se pronunciaba al término de la marcha en nombre de su grupo. "Ha sido un descubrimiento para las ruteras españolas, y por supuesto para las extranjeras, que han alucinado". La vigésimo sexta edición de la Ruta Quetzal BBVA ha sido la que más kilómetros a pie ha hecho en su historia.
La marcha por el desfiladero de Cares, también llamado por muchos autores como la Garganta Divina, empezó en la localidad leonesa de Posada de Valdeón y terminó en el pueblo asturiano de Puente Poncebos, con parada para almorzar en Caín. La expedición disfrutó de las impresionantes vistas que ofrecieron las aguas cristalinas del río Cares y los canales que se precipitan vertiginosamente desde las alturas. Las fuertas lluvias de la última semana en Asturias provocaron que, en contra de lo que suele ser habitual por estas fechas, el agua bajara con fuerza desde los picos más altos.
Buen clima
Los ruteros valoraron esta marcha ya no solo por sus paisajes sino también porque la excursión trascurrió por un camino bien marcado, sin complicación salvo por su longitud. La expedición atravesó multitud de oquedades, en algunas de las cuales llegó a toparse con cabras que pastaban plácidamente en ese momento, y lidió con éxito en aquellas zonas más peligrosas en las que el camino se estrecha a poco más de un metro, con cortados de quitar el hipo que caen sobre el río Cares. El buen clima quiso sumarse a la marcha. Solo llovió unas gotas, que obligó a los ruteros a echar mano de las enormes capas impermeables que pintaron de amarillo la garganta de Cares.
Los ruteros tuvieron además la oportunidad de caminar en la última parte de la marcha con el director del Parque Nacional, Rodrigo Suárez, quien salió a recibir a la expedición. El alcalde de Cabrales también quiso sumarse al recibimiento.
Posteriormente, una vez pasados por la ducha, los ruteros pudieron degustar un 'culín' de sidra asturiana en una finca indiana, en Cangas de Onis donde quedó instalado el campamento. Las autoridades locales celebraron una espicha con la expedición al completo en ese mismo marco. Los ruteros degustaron todo tipo de productos asturianos, entre los que no podían faltar el queso de Cabrales y el chorizo a la sidra. Y es que Asturias se ha volcado con la Ruta Quetzal BBVA. La expedición regresa al buque anfibio Castilla.