crisis financiera

La Unión Europea suaviza los préstamos a los países rescatados para contener el contagio en la crisis de la deuda

Los socios comunitarios apuestan por alargar los plazos y reducir los intereses para apuntalar la fortaleza de la Eurozona

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Los ministros de Economía de la Eurozona diseñaron ayer una solución de urgencia para intentar frenar el contagio en la crisis de la deuda. Los titulares de Finanzas acordaron tras casi nueve horas de reunión flexibilizar las condiciones de los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal. Los cambios, que podrían aprobarse en las próximas semanas, incluirán tanto una prolongación de los plazos de los préstamos como una rebaja de los intereses. Las medidas supondrían un gran alivio para los tres países, pero habrá que esperar al veredicto de los mercados para conocer su verdadero alcance.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, compareció al filo de la medianoche tras otra cumbre de infarto. Los 17 ministros de la Eurozona se sentaron a la mesa en Bruselas con los mercados desplomados en toda Europa. Había que encontrar alguna solución y el segundo rescate de Grecia, asunto central de la reunión, estaba demasiado verde para consensuar avances significativos. Los titulares de Finanzas apostaron entonces por ofrecer un balón de oxígeno a los tres países con salvavidas mediante modificaciones en sus préstamos. "Por primera vez, estamos dispuestos a flexibilizar los programas de ayuda", proclamó Juncker.

La propuesta de los socios de la moneda única contempla cambios en el plazo de los créditos, concedidos a siete años y medio, y en los tipos de interés. En este segundo apartado, las diferencias entre los tres países son notables. Portugal e Irlanda pagan en torno al 6%, mientras que Grecia abona un 4,2%. No es la primera vez que se llevaría a cabo una medida de este tipo porque a principios de año ya se flexibilizaron las ayudas a Atenas y Dublín. Esta vez, además, se aceptaría comprar deuda soberana de los socios rescatados en el mercado secundario, una medida que contribuiría a relajar las presiones de forma notable.

Las modificaciones se aplicarían al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, por sus siglas en inglés). Este organismo, creado el verano pasado para combatir la crisis de la deuda, es el que gestiona los préstamos a los países rescatados, que sumados alcanzan los 273.000 millones de euros. "Estamos preparados para adoptar más medidas que refuercen la capacidad sistémica de la zona euro para resistir el riesgo de contagio", remarcaron los ministros en una declaración final. Juncker matizó que la decisión no estaba motivada por Italia, sino para garantizar la estabilidad "en general" de todos los socios.

Reforma del EFSF

La reforma del EFSF, que podría llevarse a cabo en las próximas semanas, coincidió con el acto fundacional del fondo permanente para ayudar a países en apuros. Los ministros firmaron la creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM), una especie de FMI a escala europea con una dotación de 700.000 millones. Este organismo sustituirá al EFSF en julio de 2013 con poderes ampliados y una planificación más minuciosa. De hecho, estará preparado para articular la participación del sector privado en un rescate.

Pese a la baza que se sacaron de la manga los ministros de Economía, lo cierto es que en el segundo salvavidas de Grecia no hubo avances. Las posturas siguen enconadas y no se logra pactar una fórmula para la participación de los bancos. Alemania y Holanda insisten junto a otra serie de países en que la contribución del sector privado debe ser "sustancial". Esta exigencia podría ser calificada como suspensión de pagos por las agencias de rating, lo que tendría unas consecuencias impredecibles para la zona euro.

La ministra de Economía, Elena Salgado, confió en que las medidas aprobadas por el Eurogrupo consigan aplacar a los mercados. "Todos nuestros socios dicen que la prima de riesgo no está en absoluto justificada ni en el caso español, ni en el italiano o en el belga. Por lo tanto, debemos hacer todo lo posible para que baje cuanto antes", aseguró al término de la cumbre. Salgado, en cualquier caso, rechazó pronunciarse sobre la viabilidad de una deuda desorbitada. "Esa no es una cuestión que debamos plantear. Lo que debemos intentar es que la volatilidad se reduzca al máximo sin fijar unos límites cuantitativos", agregó.

Falta de concreción

Tras las decisiones de los miembros de la moneda única, ahora toca esperar a la reacción de los mercados. No está nada claro que el Eurogrupo adoptara medidas de suficiente calado y concreción para frenar los golpes de los especuladores. Sobre todo porque la reforma del fondo de rescate no llevaba acompañada ninguna fecha pese a que Juncker aseguró que los cambios se abordarían "lo antes posible".

Angela Merkel, en previsión de más turbulencias, volvió a recetarle ayer a Italia una dosis completa de recortes para evitar nuevos castigos de los mercados. En una conversación telefónica, la canciller germana exigió a Silvio Berlusconi que apruebe cuanto antes el tijeretazo de 48.000 millones presentado la semana pasada.

Pese a la negra jornada vivida por las bolsas europeas, el Gobierno alemán sorprendió al pedir que no se tomen "demasiado en serio" las tensiones que preceden a las cumbres de ministros de Economía en Bruselas.

Merkel, convertida en esta crisis en líder europea de facto, dejó claro una vez más que los ajustes son la clave de bóveda de su estrategia para salir de la crisis. A su país le ha funcionado y no permitirá desviaciones a sus socios. "Italia tiene que enviar una importante señal mediante la aprobación de un presupuesto que apueste por la austeridad y la consolidación", proclamó desde Berlín. La canciller se refiría al programa plurianual de ajustes que Berlusconi llevará al Parlamento a principios de agosto. En total, el Gobierno de Roma pretende ahorrar 48.000 millones hasta 2014.