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La contribución española al 4 de julio
Las armas y el dinero enviados desde Madrid facilitaron la independencia de Estados Unidos
MADRID Actualizado: Guardar“Estas colonias son, y por derecho deben ser, estados libres e independientes; que están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona británica: que toda conexión política entre ellas y el estado de la Gran Bretaña, es y debe ser totalmente disuelta”. Así concluye la Declaración de Independencia de Estados Unidos firmada por 56 representantes de las 13 colonias en 1776. Desde entonces, los fuegos artificiales y las banderas de las barras y las estrellas ondean más orgullosas que nunca cada cuatro de julio para conmemorar ese hecho que cambió el curso de la historia. Nombres como George Washington, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson o John Adams figuran en los libros con letras mayúsculas. Sin embargo, los colonos no lucharon solos contra Gran Bretaña. Países como Francia y España contribuyeron con dinero, armas y finalmente, en el campo de batalla, al triunfo estadounidense.
La relación de España con Estados Unidos se remonta al comienzo de la colonización del nuevo mundo. El primer asentamiento europeo en esas tierras, San Miguel de Guadalupe, en la actual Carolina del Sur, fue fundado por la expedición encabezada por Lucas Vázquez de Ayllón en 1526. Un primer enclave al que siguieron otros que con el tiempo se convertirían en grandes urbes como San Francisco, Los Ángeles, Sacramento o San Antonio. Sin embargo, la joya de la corona española en tierras estadounidenses era La Florida. La influencia en esta región se aprecia al observar en la actualidad la cruz de Borgoña de su bandera, un símbolo de las armas españolas.
Las campañas de los aventureros, soldados de fortuna y misioneros españoles por el actual territorio estadounidense fueron constantes durante tres siglos. Ciudades, ríos, o montañas hacen referencia a esas gestas.
Cuando las 13 colonias se levantaron contra el Reino Unido, España vio una oportunidad para desgastar a su enemigo en la región y recuperar territorios perdidos. La ayuda económica y logística a los independentistas no se hizo esperar. El envío de armas, pólvora o medicinas desde los puertos españoles nutrió las filas estadounidenses.
Un espía junto a Washington
En este tipo de cargamentos fue fundamental la figura de Juan de Miralles. Nacido en 1713, este acaudalado comerciante alicantino hizo su fortuna gracias al tráfico de esclavos. Pero también fue uno de los mejores espías de su época. Se convirtió en el principal enlace entre la Corona española y George Washington. Miralles llegó a Filadelfia, sede del Congreso General de las colonias, con la misión de informar sobre los movimientos de las tropas realistas y sus intenciones respecto a los intereses españoles en la zona. Además, debía entrar en contacto con la elite de los colonos estadounidenses para una futura colaboración. Bajo la tapadera de sus intereses comerciales, pronto se relacionó con los sublevados. Simpatizó con los ideales de los independentistas, lo que facilitó que se granjeara la amistad del mismísimo Washington.
Miralles se involucró tanto en la causa estadounidense que financió de su propio bolsillo la flota rebelde o el ejército de Carolina del Sur. Mientras tanto, sus rutas comerciales sirvieron como perfecta tapadera para el envío de material bélico procedente de España a los colonos. Miralles falleció en 1780 en la residencia de Washington en Morristown. El líder estadounidense le rindió un funeral digno de un mandatario como muestra de gratitud.
España declaró oficialmente la guerra a Gran Bretaña en 1779. Las tropas españolas fueron imprescindibles para expulsar a los británicos de Florida, un territorio que volvería a manos españolas hasta 1821. La guerra llegó a su fin con el Tratado de Versalles (1783), por el que Estados Unidos lograba su independencia y España recuperaba Menorca, Florida y las costas de Nicaragua y Honduras.