Cayetano: «Mi madre no puede casarse»
El Conde de Salvatierra califica a Eugenia como su hermanita del alma, a la que enseñó a machacar a todo hombre que pasase por su vida
Actualizado: GuardarAnte la atenta mirada de sus hijos, los mellizos Luis y Amina, un emocionado Cayetano Martínez de Irujo se reconcilió ayer con la prensa. El acontecimiento tuvo lugar en un hotel madrileño con motivo de la presentación de un documental sobre la vida del jinete, que se estrena el 24 de julio, a las 21.00 horas en el canal de televisión de pago BIO, y en el que colaboran sus más íntimos: su madre, la duquesa de Alba, su hermana Eugenia y su excuñado, Francisco Rivera Ordóñez.
Paciente, simpático, arrollador y franco, el conde de Salvatierra decidió dejar de lado su habitual hermetismo en un último intento para mostrarse ante el público tal y como es. «Me interesaba contar mi faceta de deportista, pero es cierto que me he sincerado», reconoció el quinto hijo de la duquesa de Alba, que no tuvo ningún reparo en tocar temas tan delicados como la relación de su progenitora con el funcionario Alfonso Díez. «Mi madre se compone de dos personas, la Duquesa de Alba y Cayetana. Hay que saber dónde empieza una y dónde acaba la otra», aseguró a los presentes. «Cayetana hace lo que quiere hasta que aparece la duquesa. Es cuestión de responsabilidad histórica», defendió. Pese a mostrarse reacio a una unión eclesiástica, afirmó que respeta mucho el vínculo que mantienen, aunque insistió en que «no puede casarse porque no puede hipotecar el futuro de la Casa de Alba a estas alturas, con 85 años».
Con mucho patrimonio pero poca liquidez, Cayetano explicó que la Casa de Alba -«un monstruo de gastar dinero»-, funciona como una empresa más para poder subsistir. «La gente piensa que hemos vivido muy bien y cierto es que no nos ha faltado nada, pero yo me he buscado la vida con mis caballos y mis hermanos, igual». Aunque aclara que la relación con su familia no es la convencional, el deportista no puede ocultar su adoración por Eugenia, su hermanita del alma, que fue todo para él cuando murió su padre. Intentó ser amigo, hermano y padre con ella. «Hasta machacaba y torturaba psicológicamente a los hombres que pasaban por su vida», dijo en tono jocoso. Las risas se diluyeron cuando habló de su exmujer y madre de sus hijos, Genoveva Casanova, a quien respeta y quiere, por lo que sigue lamentando su fracaso matrimonial. «Es algo que me tiene muy triste», confesó. También, que no cierra las puertas a un nuevo amor.