Christine Lagarde, nueva directora gerente del FMI. / Reuters
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Christine Lagarde, la primera mujer al frente del FMI

La solvencia en el G-20 y en la gestión de la crisis del euro han aupado a la ministra francesa de Finanzas

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La francesa Christine Lagarde ha sido designada como nueva directora gerente del FMI, tomando el relevo al frente de la institución de Dominique Strauss-Kahn, quien se vio obligado a dimitir a raíz de un escándalo sexual.

Lagarde era la gran favorita para el cargo. Su sólida carrera profesional y su solvencia en el G-20 y en la gestión de la crisis del euro le habían granjeado numerosos apoyos dentro y fuera de su país.

El jueves, en su discurso de intenciones ante el Consejo Ejecutivo del FMI en Washington, la ministra francesa de Economía y Finanzas aseguró que de ser elegida directora gerente no será benévola con Europa y ejercerá mano dura en las discusiones con sus líderes. "No evitaré la sinceridad y la mano dura en mis discusiones con los líderes europeos; todo lo contrario", dijo Lagarde, quien defendió los duros "pero necesarios" ajustes que debe poner en marcha Grecia para restaurar la viabilidad de sus finanzas públicas y recuperar su competitividad.

Entró en el Gobierno con Chirac

Lagarde comenzó a trabajar en 1981 en la delegación parisina de Baker&McKenzie como abogada asociada, para pasar después como miembro del comité ejecutivo mundial en 1995 y cuatro años más tarde como presidenta del mismo. En 2004 se alzó al frente del comité estratégico mundial y abandonó esa labor un año después para entrar en el Gobierno del entonces presidente francés, Jacques Chirac, como ministra delegada de Comercio Exterior.

"Dejé hace seis años y medio mi feliz vida profesional estadounidense para ponerme al servicio del país", declaró a mediados del pasado mayo para dejar claras sus motivaciones a la hora de incorporarse a la vida política.

Con esa declaración buscaba también alejarse de un asunto que amenaza con manchar su currículum, el supuesto abuso de autoridad cometido en la indemnización al empresario Bernard Tapie por la venta de Adidas en 1992, y sobre el que la Justicia gala decidirá el próximo día 8 si abre contra ella una investigación judicial. La sombra de esa controversia se ha incrementado después de que la Fiscalía de París decidiera el miércoles pasado la apertura de una investigación preliminar sobre el papel de altos funcionarios que cerraron el arbitraje favorable al empresario, aunque en la misma ella no está implicada.

Acostumbrada a derribar barreras

Con 55 años, abogada de profesión y madre de dos hijos, se Lagarde se convierte en la primera mujer en acceder a la dirección del FMI, de la misma manera en que en su día fue la primera ministra de Economía y Finanzas de un Estado miembro del Grupo de los Siete países más industrializados (G-7).

A ese puesto llegó en junio de 2007 tras un breve paso como ministra de Agricultura y Pesca a principios del mandato del presidente Nicolas Sarkozy. Sus defensores subrayan su longevidad en un departamento, el de Finanzas, que en los siete años precedentes vio pasar varios titulares. De ella se alaba también su perfecto dominio del inglés y su trabajo en la gestión de la crisis económica y financiera iniciada en 2008.

En 2009 ocupó el puesto 17 en la lista de las mujeres más poderosas del planeta elaborada por la revista Forbes, el quinto de entre las mujeres de negocio europeas realizada por el Wall Street Journal, y ese mismo año, el título de mejor ministra de Finanzas de la UE concedido por el Financial Times.