Las misiones militares atraen al terrorismo internacional
La nueva Estrategia Española de Seguridad, que hoy aprueba el Consejo de Ministros, alerta de las amenazas del siglo XXI
MADRID Actualizado: GuardarLa percepción de España como "blanco" del terrorismo internacional puede verse incrementada por su presencia en las misiones militares en el extranjero. La nueva Estrategia Española de Seguridad (EES), el documento que establece las líneas de actuación ante los riesgos y amenazas existentes en la segunda década del siglo XXI, considera que la "implicación" de las fuerzas armadas en futuras operaciones de mantenimiento de la paz, sobre todo en el mundo islámico, no pasará desapercibida para los movimientos yihadistas tipo Al-Qaida.
Esta circunstancia se refuerza por el hecho de la insistencia de grupos fundamentalistas islámicos que reivindican un "Al Andalus" desaparecido hace más de cinco siglos; la proximidad al Magreb, sometido a "considerables y contradictorias" fuerzas demográficas, políticas, económicas y de extremismo violento; la existencia de Estados fallidos en el África subsahariana (Mauritania, Guinea Bissau), que facilitan la actividad de grupos terroristas; o el posible 'efecto contagio' de ideologías radicales en inmigrantes de segunda generación.
Por este motivo, una de las propuestas recogidas pasa por "contribuir a superar la brecha y la polarización" entre las sociedades occidentales y el mundo árabe y musulmán, "y apoyar a los elementos moderados, aislando a los más radicales".
Puntos calientes
El documento, que este viernes aprueba el Consejo de Ministros, asegura que España puede verse afectada por conflictos armados relacionados con amenazas nacionales o transnacionales contra nuestro territorio, ciudadanos, intereses o valores. Y destaca la situación geográfica de Ceuta y Melilla, la desestabilización del Magreb, los intereses españoles en el Golfo de Guinea, donde podría surgir la piratería, o el ataque a las empresas nacionales en el extranjero.
El crimen organizado, la inseguridad económica y financiera, la vulnerabilidad energética (el 74% de nuestra energía primaria depende del exterior), la proliferación de armas de destrucción masiva, los flujos migratorias o la delincuencia cibernética son otras de las amenazas y riegos detallados en la Estrategia Española de Seguridad.
Este documento era un compromiso del presidente Rodríguez Zapatero durante su discurso de investidura en 2008 y fue encargado a Javier Solana, antiguo representante de la Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea. Para su elaboración, Solana se ha reunido con la oposición política, mandos militares, empresarios del sector público y privado y expertos en seguridad e inteligencia. La estrategia tiene una vigencia de diez años, aunque requiere una actualización a los cinco.
Uno de los conceptos más comprometidos es la creación de un Consejo Español de Seguridad para asesorar sobre la aplicación del documento en casos de crisis. Estaría formado por el Rey, el jefe de los ejércitos, el director del CNI, el presidente del Gobierno y su principal asesor, en otros.