CLÁSICOS DEL AIRE

Adiós a la '(bella) Campana de la Libertad'

El fuego destruye una de las últimas fortalezas volantes que existen en el mundo

MADRID Actualizado: Guardar
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El 9 de septiembre d e1944, el 390th Bomb Group se dirigía a atacar un objetivo en la ciudad alemana de Dusseldorf . Esa misión se acabaría convirtiendo, por el número de aviones destruidos, en la segunda pérdida de aviones más numerosa de la toda guerra. Sobre el objetivo, y justo antes del ataque, uno de los escuadrones de bombarderos Boeing B-17G 'Flying Fortress' que volaba a menor altitud, fue alcanzado por el fuego antiaéreo justo en la bodega de carga. Las bombas hicieron explosión y nueve de los doce aviones pertenecientes al escuadrón fueron instantáneamente destruidos o lanzados fuera de la formación con serios daños.

Seis de esos nueve fueron posteriormente derribados sobre el objetivo. Uno voló durante dos horas con un sólo motor y aterrizó en París. Otro consiguió llegar hasta Bélgica y un tercero consiguió llegar a su base tiempo después de que otros treinta y nueve B-17 hubieran vuelto de la misión horas antes. El avión que volvió solo fue el 'Liberty Belle' y, una vez reparado, siguió volando hasta alcanzar la cifra de 64 combates antes de su retiro, el 18 de febrero de 1945.

El 'Liberty Belle' (cuyo nombre juega con el de la mítica Campana de la Libertad que se encuentra en Filadelfia, y sigue con la tradición del otro legendario B-17, llamado 'Memphis Belle') tuvo una interesante historia tras la guerra. Inicialmente vendido en el 25 de junio de 1945 como chatarra, el fabricante de motores Pratt & Whitney lo compró por 2.700 dólares. El avión fue utilizado desde 1947 hasta 1967 como banco de pruebas de motores mucho más potentes que los que montaba desde su fabricación. Se convirtió en un avión de cinco motores, ya que el quinto motor en desarrollo estaba situado en una adaptación hecha en el morro del aparato. El avión voló en innumerables ocasiones con el motor de pruebas, teniendo mientras tanto los cuatro restantes apagados.

Continuando su vida operativa como plataforma de test, fue donado a finales de los 60 a la Aeronautical Historic Association en Connecticut (Estados Unidos). Desafortunadamente, 'Liberty Belle' fue seriamente dañado en 1979 mientras estaba expuesto en el Caha's Bradley Air Museum, de la misma población norteamericana. El 3 de octubre de ese año, un tornado provocó el que otro avión fuera lanzado contra el B-17, partiendo su fuselaje en dos secciones. Los restos fueron guardados en los almacenes del New England Air Museum desde 1981 hasta el 87. Ese año comenzó la restauración del aeroplano, proceso que duró 15 años. Desde entonces, ha estado en perfecto orden de vuelo participando, junto a otros 'wardbirds' en exhibiciones celebradas dentro y fuera de Estados Unidos, 'transportando' a más de 20.000 personas que, con el pago de su plaza, han ido financiando los altos gastos de mantenimiento del avión.

El pasado lunes 13 de junio, un North American P-40 Mustang y el B-17 partieron del aeropuerto de Aurora (Illinois) con rumbo a Indianapolis (Indiana). Nada más despegar, la tripulación notó un olor extraño y decidieron volver al aeropuerto. Casi inmediatamente después, desde el otro avión, se notificó la presencia de fuego bajo el motor número dos. El piloto, John Hess, un experimentado aviador de B-17 y comandante en activo de Delta Air Lines, decidió tomar tierra en un extenso campo de labranza, acción que se desarrolló con éxito y sin dañar la estructura del avión. Tras haber notificado la situación del aterrizaje, los servicios de emergencia llegaron justo hasta el extremo del campo, pero las intensas lluvias de días pasados habían reblandecido en exceso el terreno, y los bomberos no pudieron acceder con sus camiones hasta el lugar donde se encontraba el aparato. Lo que en principio fue un incendio relativamente pequeño, se extendió por el ala izquierda del avión, terminando por destruir casi por completo el mítico aeroplano.

Hasta que no se aclaren las circunstancias y se conozca qué ocurrió realmente (los organismos oficiales FAA y NTSB han abierto una investigación oficial), la Liberty Belle Foundation, entidad encargada de mantener hasta ahora el avión en vuelo, se está replanteando continuar con su tarea de difusión de los aviones históricos, tarea difícil de continuar sin el más famoso de sus aparatos. Sin embargo, Ray Fowler, jefe de pilotos de la Fundación, abre una puerta al futuro, quizás con vistas a volver a recuperar uno de los aviones más emblemáticos de la aviación mundial. Según sus palabras tras el desgraciado accidente, 'mantenemos la esperanza de que este no sea el fin de la historia, si no un nuevo comienzo'. Ojalá sea así.