Garbajosa: «No me hubiera gustado vivir nunca este día»
El pívot madrileño se despide oficialmente de la selección tras once años
MADRID Actualizado: GuardarHay decisiones que es mejor no postergar cuando se hacen evidentes. Jorge Garbajosa tomó una en su partido número 167 con la selección, aquel encuentro de cuartos de final en el que Serbia dejó a España sin posibilidades de medalla en el mundial de Turquía. "Creo que es el mejor momento de dejarlo. Es lo que creo y lo que debo hacer", reveló al presidente de la Federación y al seleccionador. Diez meses después prefiere confirmarlo en público entre lágrimas y el homenaje de la FEB. "Es mejor apartarme a un lado y hacerlo con la cabeza muy alta", reconoce el ala-pívot a pesar del deslustre de una temporada de vaivenes y escasas opciones de ser convocado para el Eurobasket de Lituania.
Para conocer su compromiso con la selección es necesario acudir a marzo de 2007, cuando disfrutaba de los mejores momentos deportivos de su vida en la lejana Canadá. Después de triunfar en Europa con la Bennetton y el Unicaja (sucampeón de la Euroliga, dos ligas y cinco copas) y con la selección española (campeón del mundo) había dado el ambicioso paso a la NBA para aumentar su nivel de exigencia. Sin embargo, ese camino se torció una noche en Boston con un tobillo destrozado por su cuerpo de 2,06 metros. El límite de seis meses para superar la inevitable operación si quería participar en el Eurobasket que se iba a disputar en España centró los pensamientos del jugador más maniático de la selección.
Ante el dilema entre su carrera en EEUU o con la selección eligió "su equipo", forzó su retorno y, probablemente, hipotecó su futuro. "¿Y qué si lo que me importaba era la selección? Me hubiera gustado jugar más en la NBA, pero cada uno tiene sus preferencias.
Es un peaje que tuve que pagar y lo volvería a hacer", confiesa el madrileño. Rondaba los treinta años y su carrera había sido edificada con un pilar central: "He estado en muchos equipos y en muchas circunstancias. Unas veces me salieron mejor las cosas y otras no tanto, pero siempre he sido honrado y trabajador. Pero mi equipo de siempre ha sido la selección, incluso antes de jugar".
Aquel verano de fisioterapia transcurrió con el plan B de Jordi Trías en el equipo preparado por Pepu Hernández. Garbajosa porfió y estiró sus horas en el gimnasio para alcanzar el Eurobasket deseado. "Lo viví con un ataque de nervios. Es complicado, pero cuando tienes un objetivo, te lo propones y tienes la maquinaria en marcha te sientes seguro. Gracias al trabajo del fisioterapeuta Chus Bueno conseguí llegar", recuerda un jugador que vivió en la final de Madrid la decepción del subcampeonato con unos números por debajo de su promedio. Fue uno de sus malas experiencias en la selección, como "el momento complicado en Sidney" en sus primeros Juegos Olímpicos y no volvería a brillar como antes en las pistas de la NBA ni en su regreso a Europa con el Real Madrid.
Su contribución
No obstante, la actuación de Jorge Garbajosa se perpetuará en la memoria por su aportación como el primer hombre alto con un buen lanzamiento exterior o su paso al frente en la final del Mundial de Japón junto a Navarro tras la lesión de Pau Gasol. Sólo Carlos Jiménez resiste la comparación de premios de un hombre que susurraba desde la línea de tiros libres al balón para hacerlo infalible y acumular un oro mundial y otro europeo y una plata olímpica como principales laureles.
Llegado el momento de despedirse el de Torrejón resta méritos: "No he sido clave en nada, he sido un granito más del granero, he tenido suerte de llegar el momento justo, en una época competitiva ambiciosa, con un proyecto consolidado y grandes técnicos desde Lolo Sáinz", resume a la hora de enjuiciar sus méritos. Pero cuando se habla de su fama de buen relaciones públicas prefiere sacar el lado irónico que reserva para los pases privados: "espero haber sido más útil dentro de la cancha, pero cuando estás en un equipo hay muchas cosas que hacer. Mi función principal era jugar al baloncesto, pero si hacía falta contar un chiste o hacer una estupidez, se hacía y ya está".
Ahora toca buscar su puesto en el mundo. "Primero quiero seguir al baloncesto, no sé si uno, dos tres o veinte años. Volveré como quieran a la selección. Estoy a su plena disposición", contesta a José Luis Sáez, ante la insistencia del presidente de la Federación: "Te incorporarás a la selección cuando puedas. Me lo has prometido".
Por el momento, ha iniciado sus vacaciones justo después de anunciar su retirada, "el día que nunca me hubiera gustado vivir", según sus palabras. Mientras, Málaga se vislumbra en horizonte: "No sé qué va a ser de mí en la temporada próxima, pero de momento estamos hablando con bastantes sitios", deja escapar poco antes de hacer las maletas y una sonrisa irónica: "seguro que este verano me voy a aburrir como una ostra".