Demasiado sexo, Giggs
Los tabloides británicos hacen sangre con el extremo del Manchester, que engañó a su mujer con una modelo y con su propia cuñada
MADRID Actualizado: GuardarEjemplo de fidelidad a unos colores en el terreno de juego, Ryan Giggs se ha convertido fuera de él en el protagonista del escándalo sexual del año. Giggs, de 37 años, leyenda del Manchester United, embajador de Unicef, figura intachable en el turbulento mundo del fútbol británico, llena ahora las páginas de los tabloides con una obra que tiene todos los ingredientes que apasionan a los británicos: lujuria, política, familia, televisión y goles.
La historia comienza en las vísperas de la final de Champions entre los 'diablos rojos' y el Barcelona. En esas fechas, miles de usuarios de Twitter comenzaron a publicar, y a rebotar, que Giggs mantenía un romance con Imogen Thomas, una modelo de 29 años, galesa como él, que había saltado a la fama en un concurso de telerrealidad. En lugar de hacer lo mismo que hacen la mayoría de futbolistas pillados en líos de faldas, agachar las orejas y pedir perdón a su esposa Stacey, con la que tiene dos hijos pequeños, el jugador del Manchester decidió lanzarse al ataque y se acogió a una orden judicial, conocida como 'injunction', que impide a los medios ingleses informar sobre la vida privada de los personajes que han hecho valer su derecho a la intimidad, bajo amenaza incluso de prisión. Pero en la era de las redes sociales, la 'injunction' parece una reliquia del siglo XIX, y así lo demostró el diputado de los Comunes John Hemming, que en una sesión parlamentaria soltó, como quien no quiere la cosa: "Mr. Speaker, cuando 75.000 personas han mencionado a Ryan Giggs en Twitter, no es factible encarcelarlos a todos".
Y una vez hecho público el nombre del futbolista adúltero, el diluvio, porque Giggs guardaba en su armario otro secreto aún peor: desde 2003 también mantenía una relación íntima con su cuñada Natasha. La mujer de su hermano Rhodri lo reveló porque, paradójicamente, se sintió "traicionada" cuando supo que no era el segundo plato, sino el postre. "No solo engañaba a Stacey, también me engañaba a mí". Rhodri, el actor secundario de la obra, tampoco se quedó callado: "La relación entre mi hermano Ryan y yo ha tenido sus altibajos, pero esto es lo más bajo de lo bajo. No me lo puedo creer. Mi matrimonio se ha acabado". Y para rematar el esperpento, la tía carnal de Giggs no se quedó atrás: "Es un sucio perro. No puede tener los pantalones subidos". Los tabloides están tan felices como siempre porque han hecho el agosto a costa de una presa muy apetecible y a Imogen Thomas le llueven las ofertas para revelar todos los detalles del escándalo. Giggs, mientras tanto, juega su partido más difícil, tratando de salvar no solo su matrimonio sino también la unidad de su familia. Una misión tan complicada como ganarle la final de la Champions al Barça.