Álex González:«Lanzar tornados está bien, pero no es muy útil»

Álex González nunca pensó que se convertiría en un mutante. El actor madrileño estaba en un pueblo perdido de Inglaterra estudiante inglés, cuando su representante le llamó. "Hay una prueba en Londres para la última película de 'X-Men'. Vete para allí. Tienes posibilidades. Das el perfil", le dijo su apoderado.

Abandonó la tranquilidad de su pueblo de adopción, se marchó a la capital británica, hizo la prueba y se olvidó del tema. Volvió a sus clases de inglés hasta que a los diez días le llamaron porque el director de 'X-Men. Primera generación', Matthew Vaughn, quería hablar con él. Después de veinte minutos de conversación, el madrileño convenció al director inglés. Le dio un papel secundario. Sería Janos Quested, también conocido como Riptide, un mutante capaz de generar tornados al servicio del supervillano Sebastian Shaw (Kevin Bacon). "Lanzar tornados está bien, pero no es muy útil", confiesa.

Cuando llego al rodaje, González se dio cuenta de la magnitud del proyecto, que ha contado con un presupuesto de 120 millones de dólares y se estrena este viernes. "Es una gran maquinaria que te ofrece todos los medios posibles", comenta González. "Trabajar con Kevin Bacon, James McAvoy, January Jones o Michael Fassbender es un privilegio", apunta, aunque matiza: "En España somos muy afortunados de ser un país tan pequeño, en comparación con Estados Unidos, y que ha dado grandes actores, directores y guionistas. La única gran diferencia es el dinero".

Esta nueva película sobre los mutantes coloca al espectador en los sesenta, cuando los mutantes comienzan a asomarse al mundo y el profesor Charles Xavier (McAvoy) y Erik Lensherr/Magneto (Fassbender) eran amigos. Ambos se toparán con Shaw (Bacon), un antiguo médico nazi que desea por todos los medios que los mutantes dominen el mundo. Para lograrlo, se rodeará de otros mutantes como Frost (Jones) o Azazel (Jason Flemyng). Por su parte, el profesor Xavier se apoyará en su hermana Mística (Jennifer Lawrence), el doctor Hank McCoy (Nicholas Hoult) o la agente de la CIA Moira MacTaggert (Rose Byrne).

Nada de cómics

Para meterse de lleno en su papel, González se tuvo que leer los cómics de la Patrulla X. "Había visto todas las películas de la saga, pero no había leído los cómics. No tenía ni idea, con lo que me tuve que empapar de todos los personajes", comenta. Sin embargo, su papel tiene una peculiaridad: no dice ni una palabra. "Mi inglés no era muy bueno, así que el papel no fue ninguna complicación. Para ser mi primera película fuera de España, es una buena experiencia. Espero que haya más y con texto", asegura entre risas.

Además, tuvo la suerte de no verse en la tortura del maquillaje. "Jennifer Lawrence necesitaba nueve horas de maquillaje para salir como Mística y luego estaba doce horas en el rodaje. Jason Flemyng estaba cinco horas para convertirse en Azazel. Y yo solo una hora para alisarme el pelo", indica entre risas. Además de las horas de transformación de sus compañeros, otra cosa que le sorprendió a González es el uso del croma, es decir, grabar sobre un fondo de color donde se insertan después los efectos especiales. "Yo tenía que hacer tornados y tirarlos. A veces, estaba convencido de que no salían. Pero tras ver el resultado final, me he quedado muy sorprendido", apunta el actor. Si la película funciona en taquilla en este comienzo de la campaña estival, es bastante probable que Fox apueste por hacer una secuela. Y González estaría encantado con repetir como lanzador de tornados. "Y hablar un poquito", indica entre risas.