Imagen de archivo del jesuita vasco Ignacio Ellacuría. /Foto: Archivo
tribunales

La Audiencia procesa a 20 militares salvadoreños por la muerte del jesuita Ellacuría

El sacerdote vasco y otras siete personas fueron tiroteadas en 1989 en una universidad del país en pleno conflicto entre el Gobierno y la guerrilla

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha procesado a 20 militares salvadoreños por el asesinato del jesuita vasco Ignacio Ellacuría y otras siete personas, cinco de ellas sacerdotes y otras dos mujeres, ocurrido en la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador el 16 de noviembre de 1989.

En un principio, el juez había procesado a 13 militares pero, después de escuchar la declaración de un matrimonio que fue testigo de los hechos, ha elevado a 20 finalmente el número de militares acusados de estos hechos.

En el auto notificado hoy, el magistrado les acusa de 8 asesinatos y un delito de lesa humanidad y decreta la busca y captura internacional de los 20 procesados, así como su prisión provisional comunicada y sin fianza en caso de que se les entregue, además de ordenar que presten fianza individual de 3.200.000 de euros "para asegurar la responsabilidades pecuniarias que, en definitiva, pudieran imponérseles".

Los hechos por los que son procesado ocurrieron cuando fuerzas del Ejército salvadoreño asesinaron al rector de la Universidad Centroamericana (UCA), el español Ignacio Ellacuría; los sacerdotes de la misma nacionalidad Amando López, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes e Ignacio Martín Baró y el salvadoreño Joaquín López y López, así como a la cocinera Elba Julia Ramos y su hija Celina.

Intensa polarización

La resolución judicial detalla que la muerte de los jesuitas se produjo en un contexto de "intensa polarización" entre el Gobierno militar y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en el cual los sacerdotes se erigieron como mediadores entre ambas partes para un "proceso de diálogo" y fueron acusados, en virtud de su afinidad con la teología de la liberación, de incitar a los campesinos a "una conspiración comunista internacional al servicio del Kremlin".

La decisión de acabar con la vida de Ellacuría y el resto de jesuitas, cinco de los cuales eran españoles, fue adoptada por un grupo de oficiales de élite denomina La Tandona y ejecutada por el coronel Benavides, que dio la orden a los miembros del batallón 'Atlacatl'.

El asalto, que se llevó a cabo después de que los servicios de inteligencia alertaran de la supuesta presencia de un centenar de "terroristas" en la Universidad Centroamericana, se produjo cuando los sacerdotes, "algunos bastante mayores", estaban "desarmados" y se encontraban en "pijama", según confesó el sargento Antonio Ramiro Avalos, alias 'Satán', que para participar en la operación tuvo que recordarse a sí mismo que estaban actuando contra "delincuentes" y eran sus "cerebros los que importaban".