La cinta de Sorrentino ha gustado en el festival de Cannes./ Efe
CINE

Sorrentino se lleva el aplauso de Cannes con una road movie iniciativa

Sean Penn se convierte en un viejo, amargado y multimaquillado rockuero en “This must be the place”

CANNES Actualizado: Guardar
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Ha sido una de las tres grandes ovaciones de esta 64 edición del Festival de Cannes. El italiano Paolo Sorrentino (‘Il Divo’) le pinta los ojos y los labios a Sean Penn, le pone una peluca y con un look algo parecido al de Alice Cooper en sus años de gloria, le convierte en Cheyenne, un viejo roquero, irlandés que, con sus aditamentos setenteros, va con el carrito a hacer la compra al supermercado. La película se titula 'This must be the place' y es una road movie por el medio oeste americano. Junto a Penn (el premio de interpretación es ya suyo), aparecen Judea Hirsch, Frances McDormand, Harry Dean Stanton o Eve Hewson. La película es una de esas miradas insólitamente sugerentes que muchos cineastas europeos hacen la los Estados Unidos cuando ruedan allí: Pequeños detalles, matices, imágenes insólitas…

Todo comienza en Dublín: Cheyenne, con 50 años, conserva una imagen gótica y vive de sus derechos de autor de su música, en Dublín. La muerte de su padre, con quien no se hablaba le llevará a Nueva York. Descubre que su padre tenía una obsesión, vengarse del nazi que le torturó en un campo de concentración durante la segunda guerra mundial. Cheyenne decidirá continuar esa misión y realiza, a su propio ritmo, un viaje a través del medio oeste americano para hablar de la amistad de la venganza, pero también de la redención y de cómo aceptarse uno a si mismo

Definiendo el palmarés

La película, junto a las de los hermanos Dardenne y Pedro Almodóvar han sido las más aplaudidas, a dos días del final del Festival y su hueco en el palmarés parece asegurada. Penn hace una de las grandes interpretaciones de su vida, no solo con su concisión de gestos, sino poniendo una voz muy particular a este viejo músico. Resulta admirable la trayectoria del actor, que de su matrimonio con Madonna y su fama de ‘broncas’ maltratador ha ido creciendo como actor, ganando el Oscar por ‘Mi nombre es Harvey Milk’, comprometiéndose con causas solidarias y actualmente apoyando y haciendo con sus propias maños una impresionante labor en Haiti donde tiene a su cargo una escuela infantil que ha reconstruido con su dinero.

Los niños haitianos le adoran y ahora ha dejado Haiti (y a su novia Scarlett Johansson) para venir a Cannes con una película que nació de su iniciativa por su entusiasmo tras ver ‘Il Divo’, la película de Paolo Sorrentino sobre Giulio Andreotti: "Nos conocimos en el Festival de Cannes 2008, durante la entrega de premios. Paolo acababa de recibir el Premio del Jurado por ‘Il Divo’. Le dije algo así: "Estoy disponible cuando quieras, donde quieras y sea cual sea el guión". Un año más tarde, le recibí. No lo dudé ni un momento”, recordó Sean Penn “El rock'n'roll es extremadamente importante”, prosiguió el actor. “Es una especie de enfermedad de la sociedad de la cortesía. La película sigue su propia historia y su intento por salir de la depresión”. Por su parte Paolo Sorrentino aseguró que “rodar en Estados Unidos, el país del cine por excelencia, ha resultado apasionante. Abordar el espacio con la cámara ha sido muy fácil. Éramos como niños que descubren un mundo nuevo. La idea original de esta película era enfrentar a dos personajes, un antiguo nazi y un hombre de 50 años que ha permanecido en la infancia”.

Acción y romance complicado

La segunda película en competición del viernes es también otra visión europea de los Estados Unidos, pero en este caso un fiasco: El director danés Nicolas Winding Refn firma ‘Drive’, su debut en el cine americano. Basada en la novela del mismo nombre de James Sallis, lo más interesante está en su reparto, con Ryan Gosling y Carrey Mulligan al frente. La película desarrolla la historia de un joven solitario, que trabaja durante el día como doble en Hollywood y de noche como chófer de un grupo de mafiosos en su actividad delictiva. Su plan está bien concebido, hasta el día en que uno de los robos sale mal y se lleva a una persecución infernal. Entonces decidirá vengarse de aquellos que le han traicionado.

“Siempre había querido rodar una película de acción, pero en ese género ahora lo más importante es precisamente la acción, relegando a los personajes. El guión me llamó la atención porque gira en torno a un personaje fundamental y a una historia de amor complicada”, explico el protagonista masculino Ryan Gosling. La película es una historia muy comercial, que rompe con el cine que uno se espera encontrar en un festival de cine como Cannes.

Cannes sigue reivindicando al iraní Jafar Panahi, director encarcelado en su país que tiene prohibido hacer cine. Si el pasado año, se dejó una silla vacía cuando como miembro del jurado tuvo prohibida su salida de Irán y la actriz Juliette Binoche le reivindicó en público (con lágrima incluida), esta año el certamen ha presentado en sesión especial fuera de concurso “In Film Nist”, que firman Jafar Panahi y Mojtaba Mirtahmasb. La película, que ha llegado de forma casi clandestina a Cannes junto a ‘Be Omid E Didar’ de Mohammad Rassoulof, narra el quehacer cotidiano de Panahi en Teherán, en espera del veredicto del juicio al que se le sometió. El título del filme, ‘Esto no es una película’, ya explica que Panahi tiene prohibido hacer cine. “La esencia reveladora del arte permite que el artista supere sus problemas y transforme las limitaciones en tema de trabajo artístico a través del proceso de creación” escribieron los dos directores en una carta enviada al Festival de Cannes, que fue difundida antes de la proyección.