Almagro hace pie con los diez
El murciano estrenará su condición de Top-10 en el Madrid Open
Madrid Actualizado: GuardarUna docena de empleados sestean en el límite de la última pista columpiándose sobre sus escobas. ¿A qué esperan? Desde el pasillo de las instalaciones semidesiertas del Madrid Open se escapa la respuesta en forma de voces argentinas y españolas. La arcilla sostiene a cuatro tenistas aplicados a un pequeño balón y su particular juego bajo la primera solana de mayo. Uno de ellos, el que sin camiseta luce el moreno perenne, se muestra más risueño, más extravertido, más juguetón. Síntomas de la felicidad de un veterano –siete temporadas en el circuito- que se estrena como novato entre los diez mejores de la ATP.
“Estoy feliz y contento porque creo que el trabajo de mucha gente. Creo que estamos por el buen camino y hay que seguir así. Es un ránking importante, pero hay que seguir creciendo y hacer las cosas bien. Tal y como lo estamos haciendo, vamos a ver hasta dónde podemos llegar”, explica en una ametralladora de tópicos a pie de pista. Pero Nico ha cambiado. Antes atisbaba las últimas rondas de los grandes torneos y en el momento de dar el salto se frenaba como un niño ante la zona que más cubre en la piscina. Nadal, Verdasco, Moyà le llamaban desde allí para zambullirse con los mejores, pero se tropezaba antes de llegar o buscaba excusas. Situación extraña para alguien que ha ganado diez torneos en su carrera y dos partidos de la Copa Davis.
El caso es que Nico Almagro es muy distinto del que en 2009 en la pista Arantxa Sánchez Vicario se enfadó con Phillipp Kohlschreiber desde el calentamiento. Se marchó sin dar explicaciones tras la derrota en la primera ronda del torneo madrileño. Aún guarda ese carácter, pero ya no piensa que el cosmos sea el culpable de sus rachas negativas. “No sé si tenísticamente habré estado mejor o peor pero está claro que estoy disfrutando mucho dentro de la pista sabiendo sufrir en los momentos en los que hay que sufrir, y disfrutar en los momentos en los que hay que hacerlo. Creo que esa es la clave de poder estar en el ránking en el que estoy”, reconoce ahora que ha mudado los gritos por las sonrisas.
La metamorfosis
Hay algo más en el chico que comenzó a los ocho años con Antonio González en las pistas de Murcia. Ahora se le nota seguro y expansivo con su satisfacción. Con José Perlas como entrenador mantiene una de las derechas con mayor recorrido en el circuito, su revés se ha consolidado y su saque no ha perdido revoluciones. Así, su mayor avance desde que entrena en Barcelona ha sido el mental. Ha abandonado la precipitación, la búsqueda del punto ganador en cada juego y sabe esperar su momento.
“Está claro que el comienzo de año ha sido muy bueno y muy positivo. Hay que seguir trabajando y hacer las cosas como hasta el día de hoy porque estamos por el buen camino” admite con la prudencia del quien se ha expuesto y ha recibido un duro golpe.
Su próximo reto es el torneo de Madrid, al que llega como el número 10 del mundo y en plena forma. “Tengo que jugar mi mejor tenis, jugar día tras día. Es un torneo importantísimo, un Masters 1000 y veremos cuántos puntos puedo sacar esta semana”, receta quien perdiera en semifinales en 2010 con Rafael Nadal, el de la moral indestructible.
Acaba de explicar su decálogo y parte hacia el comedor. Luego tendrá sesión de gimnasio. Los empleados ya pueden acomodar la última pista y prepararla para los visitantes mientras Nico Almagro avanza seguro y desahogado para compartir unas horas con sus compañeros del circuito, los mismos que le alientan a dar el salto y nadar con los mayores. Almagro les guiña el ojo y sentencia: “Está claro que es el momento más feliz de mi carrera”.