Un pasillo de ochenta minutos
Los suplentes del Madrid humillan a la contra al apático Valencia con un 'hat trick' de Higuaín y un doblete de Kaká
VALENCIA Actualizado: GuardarLos suplentes del Real Madrid bailaron al Valencia en Mestalla, un campo antes temido y ahora talismán para el equipo blanco, que solo tres días después de la trabajada conquista de la Copa humilló al tercer clasificado de la Liga sin necesidad de malgastar fuerzas. Con la cabeza en las semifinales de 'Champions', pero con las piernas de los no habituales en la utópica lucha por el título liguero, con su intención de ganarse un sitio en la eliminatoria europea ante el Barça, los madridistas le dieron un repaso de consideración a un Valencia perdido que fue víctima de su apatía y del letal contraaataque de los de José Mourinho con los numerosos espacios que el conjunto 'che' concedió al rival.
El 'set', y con solo dos campeones de Copa en el equipo titular de 'Mou', es de los históricos, de los que no se olvidan, porque nadie había marcado seis goles en Mestalla, y hará mucho daño a Unai Emery después de que el Valencia fuese sometido sin piedad por un Madrid que se hartó de contragolpear y dejó en ridículo a una defensa de risa. El Barça debe tener aún más respeto, porque este Real Madrid ha llegado pletórico al momento decisivo de la temporada y en Mestalla dio una muestra más de que dispone de una plantilla muy superior a la de los azulgrana.
El 'hat trick' de Higuaín, que además participó en otros dos goles, y el doblete de Kaká, confirman que el argentino y el brasileño, cuando se les daba por desaparecidos, han vuelto a la senda y están capacitados para aportar a este equipo insaciable. La goleada pudo ser mayor, y en una prueba más de inconformismo desde el banquillo, hasta Mourinho le echó una bronca a Garay por haber perdido un balón a falta de 20 minutos, ya con 1-6, poco antes de que el argentino fuese sustituido. El Valencia sacó al final orgullo, `a buenas horas! para marcar dos goles más e incluso obligar a Casillas a evitar un cuarto tanto. En esa recta final el Madrid se quedó sin autoridad en el medio campo y estuvo a merced de un Valencia que no dejó de empujar, espoleado por el repaso y los pitos y la pañolada que se ganó de parte de su afición. Sin embargo, al principio era el local el que debía atacar a un contrario que se presumía inferior y fueron los blancos los que llevaron desde el inicio la iniciativa y jugaron con una fluidez y facilidad difíciles de creer con ese once, sin Cristiano, Pepe, Xabi Alonso, Marcelo
Dominadores
El denominado trámite de Mestalla se convirtió en un sorprendente baño del Madrid, en un pasillo de 80 minutos del Valencia a un Real Madrid revitalizado física y anímicamente, liderado por tres futbolistas resucitados (Higuaín, Benzema y Kaká) que quisieron demostrar a su entrenador que puede contar con ellos en la batalla final contra el Barça, para el inmediato desafío de la 'décima' para el que Mourinho reservó a los mejores. Cuando la revolucionaria alineación presagiaba que Mourinho entregaría el partido ante un Valencia que llevaba tres victorias consecutivas y que los jugadores blancos de reserva se tomarían la tarde libre y seguirían de fiesta. Sin embargo, con la colaboración de los titulares valencianistas, el desequilibrado duelo fue un 'paseíllo' en toda regla.
Al igual que ocurrió en San Mamés, los suplentes blancos no quisieron tirar la Liga, pero hace dos jornadas el Athletic sí planteó un partido que obligó a los blancos, liderados por el 'trivote' de Pepe, a ponerse el mono de faena para ganar por 0-3.
El Valencia, en cambio, fue un regalo, casi de principio a fin. Le salvó que en los últimos minutos los blancos bajaron el ritmo y ellos quisieron limpiar algo su deteriorada imagen. Emery ordenó una defensa muy adelantada y el Valencia comenzó presionando arriba, augurando que los 'che' iban a plantar cara. Pero aquello fue un espejismo, porque el dominio blanco de un equipo desconocido que tenía a un canterano (Nacho Fernández) en la lateral izquierdo y a Albiol en el derecho, fue insultante, y las llegadas continuas.
Mientras el Valencia jugaba andando y parecía que le estaba haciendo la cama a su técnico, el Madrid tocaba y profundizaba, y poco antes de abrir el marcador Benzema dio un primer aviso con un lanzamiento al larguero. También habría un séptimo gol del Madrid, anulado a Higuaín en el minuto 57, por fuera de juego del francés, cuando el Madrid seguía recreándose a la contra, aunque sin renunciar al balón, cuando en otras circunstancias y situación psicológica habría dejado que fuese el Valencia el que llevase todo el peso y él se habría dedicado exclusivamente a defender.
Fue tan blando el Valencia que apenas hubo faltas y Pérez Lasa tuvo que sacar una sola amarilla, y al final del encuentro, cuya primera parte fue un monólogo de juego y goles madridista. La presión, los robos de balón y los contraataques lanzados a Kaká o Higuaín fueron una pesadilla para el Valencia, que pronto pagó los errores de su portero y de su defensa. Entre Guaita y Mathieu, en media hora dejaron en bandeja los tres puntos al Madrid, magnífico en el primer tiempo y relajado en el segundo, aunque imparable a la contra. Una de las grandes armas que maneja Mourinho para intentar sorprender también al Barça en la Copa de Europa, aunque el reto a dos partidos es de altura para este Madrid al que el Valencia ha ayudado a que crezca aún más.