Testimonios bajo el burka
La socióloga francesa Agnès de Feò recoge en un documental la historia de mujeres determinadas a desafiar la ley que prohíbe el velo musulmán en Francia
MADRID Actualizado: GuardarLa prohibición del velo musulmán decretada en Francia el pasado lunes ha encendido de nuevo la polémica sobre las libertades individuales y el papel de la mujer en el mundo musulmán. Pero, más allá del texto legal y los debates intelectuales generados, ha llamado la atención la determinación de muchas mujeres a desafiar la ley. Algunas de esas mujeres han sido entrevistadas por la socióloga francesa Agnès de Feò, que recoge en el documental 'Bajo el burka', una treintena de testimonios de mujeres que, en palabras de la socióloga "se expresan libremente aunque no son forzosamente representativas del conjunto".
El reportaje recoge testimonios como el de Karima, de 31 años, una francesa de origen argelino: "Comencé un negocio por mí misma y conozco las responsabilidades perfectamente. Siendo mi propia jefa, el niqab nunca ha sido un problema para nadie, ni tampoco para mis empleados. Como comerciante, me reúno tanto con los clientes como con los proveedores. Todos me han visto con el niqab y nadie ha tenido nunca algún problema con esto". O el de Louisa, de 21 años, una francesa convertida al islam: "No tengo una cultura árabe. Dicen que uso el niqab porque soy una mujer sumisa, pero no estoy casada, así que nadie puede decir que mi marido me fuerza a usarlo. Vestir así me hace sentir bien, nadie me está presionando", explica ante el objetivo de Feò.
En los 52 minutos que dura el documento, la socióloga incluye junto a las declaraciones de las protagonistas la opinión de personajes como Raphaël Liogier, director del Observatorio de Religiones: "La primer justificación para prohibir el niqab fue en nombre del feminismo. La idea sería que nosotros, la civilización occidental, luchamos por la liberación de la mujer y estas mujeres lo estropean con su actitud retrógada. Pero la realidad es que cuando se las pregunta, resulta que la mayoría eligen usarlo por voluntad propia. Saben lo que están haciendo y por qué lo están haciendo. Y quieren seguir haciéndolo así, a su manera", razona Liogier.
Una ley polémica
La prohibición del velo musulmán decretada por Francia comenzó el lunes con desafíos por parte de mujeres que se presentaron con la cara cubierta frente a la catedral de Notre Dame de París. Tres de ellas fueron detenidas y, al día siguiente, martes, se impuso la primera sanción: una multa de 150 euros a una mujer que portaba velo integral (niqab) en la localidad de Les Mureaux, al oeste de la capital gala.
La ley estipula que las mujeres con velo sean multadas con 215 dólares o que sean enviadas a clases especiales de civismo. Asímismo, están previstas multas más severas y penas de cárcel para las personas que obliguen a las mujeres a usar el velo. La medida afecta a las mujeres que usan el nikab -el velo que permite ver los ojos- y el burka -velo integral con una malla para ver a través de ella, pero no al hiyab, que deja libre el rostro.
La prohibición fue aprobada por el Parlamento en septiembre del año pasado en una ley que estipula la ilegalidad de ocultar el rostro en público sin menciona las palabras "mujer", "musulmán" o "velo". Sin embargo, las asociaciones en contra de la medida señalan que está concebida para prohibir el velo musulmán de las mujeres y aluden a las declaraciones del presidente francés, Nicolás Sarkozy, sobre su intención de prohibir el velo y su afirmación de que no era una prenda bienvenida en el país.