Schwartzel, el mejor alumno de Nicklaus
El surafricano gana su primera Chaqueta Verde en su segunda aparición en el Masters de Augusta
AUGUSTA (EEUU) Actualizado: GuardarEl nuevo Chaqueta Verde de nombre impronunciable, Charl Schwartzel, no tiene una gran historia detrás, aparte de convertirse en el tercera golfista de ese país que gana el torneo de los Maestros (Gary Player 61, 74 y78; y Trevor Immelman 2008). Éste es sólo el segundo Masters de Augusta que juega (la séptima victoria en su carrera en los 204 torneos del Tour europeo en los que ha participado) y tampoco es un golfista que destaque por algo excepcional. Augusta y él se acaban de conocer como quién dicen, pero ha sabido tomarle el pulso a uno de los campos más difícil del mundo, sin no el más. Schwartzel perfiló así su primera victoria en un torneo de Grand Slam e igualó el récord de Jimmy Demaret (1940) y Herman Keiser (1946) de ganar el torneo en su segunda aparición.
Charl era uno de los numerosos pretendientes que terminó la jornada del sábado a cuatro golpes del líder, el norirlandés Rory McIlory, y que contaba con posibilidades teóricas de ganar, sólo sobre el papel, claro que nadie esperaba un colapso total de Rory: ¡80 golpes el domingo!, la peor tarjeta de sus tres Masters y nada menos que quince golpes más que el primer día. Increíble como el joven irlandés de 21 años pasó de la cima del mundo a caer a los infiernos.
Armado de paciencia se limitó a esperar la caída de los demás, que fueron muchos, entre ellos Tiger Woods, que desaprovechó la gran oportunidad, tras colocarse como líder, de no saber rematar en el green. No cabe duda de que Charl supo aprovechar bien cada momento, como cuando ganó el Open de España de 2007 en el Centro Nacional de Madrid tras la caída del líder Carlos Rodiles, que se desfondó en los hoyos finales. Claro que no hay que olvidar que esta 75 edición del Masters de Augusta no sólo la ha perdido Rory sino que Schwartzel puso su granito de arena y cuatro birdies consecutivos para cerrar su participación en Augusta.
Un alumno aventajado el surafricano que antes de comenzar el torneo, por casualidad, tuvo la oportunidad de comer con Jack Nicklaus en la Casa Club y atender a sus consejos: “Me dijo hoyo por hoyo como jugaba él Augusta. Cómo atacaba este o aquel hoyo, que tuviera cuidado con las posiciones de bandera y sobre todo me dijo que Augusta es cruel con los jóvenes impacientes y prefiere a los veteranos. El Augusta National nunc deja de sorprenderte. Y todos esos consejos me vinieron muy bien, porque, aunque es verdad que la experiencia es aquí muy importante, saber cómo juegan grandes campeones te da muchas pistas”.
Los australianos se quedan a las puertas
Y sí que supo aprovechar bien la lección Schwartzel, como cuando jugaba con su padre al golf los viernes y le hacía de caddie los miércoles y sábados; o los consejos de aprendió de Ernie Els en su academia en Suráfrica. “Pero para mí la mayor inspiración fue la victoria de Louis Oosthuizen en el Open Británico el año pasado. Hemos jugado juntos desde que éramos pequeños y hemos participado en todas la competición por equipos en nuestro país y entre nosotros hemos competido también mucho y hasta hemos viajado juntos. Verle ganar fue como una inspiración para mí”.
El Masters de Augusta no ha dejado otra página de la historia, otro gran campeón que terminó con 66 golpes (-14), dando un gran espectáculo embocando golpes increíbles, como el chip del hoyo 1 o el eagle del 3. Y otro drama, el colapso de una joven estrella, el norilandés Rory McIlroy que salió la jornada del domingo con cuatro golpes de ventaja y terminó entre los quince primeros tras una ronda de 80 golpes. Su compañero de partido, el argentino Ángel Cabrera, que dispuso también de sus opciones, tuvo que consolarle en el 18. “Estaba de líder en el torneo a falta de nueve hoyos y llegó la única mala salida que había tenido hasta ese momento en el hoyo 10 que me costó un triple bogey. Nunca, nunca, nunca voy a recuperarse de esto. Necesitaré un par de días para asimilarlo. Sabía que iba a ser un día duro, pero me encontraba bien hasta que de repente todo se puso negro, perdí las sensaciones en el green, con el drive, con la línea… lo perdí todo”.
Los australianos de nuevo se quedaron a las puertas. Ni Adam Scott ni Jason Day, segundos en la tabla, pudieron dar una alegría a los aussie, que tendrán que esperar un año más. En cuanto a Tiger Woods, la buena noticia es que parece totalmente recuperado física y mentalmente, y esta preparado para presentar batalla en cualquier frente. Llegó a colocarse como líder durante unos hoyos pero desaprovechó la oportunidad de rematar dejándose putts muy cortos en el green: uno de los pocos puntos débiles del Tigre esta semana.
Y en cuanto a los españoles, se volvió a repetir la película de otros años, mucho pólvora al principio que se quemó ya en la tercera ronda. Lo positivo es que Álvaro pasó el corte y ya sabe lo que es jugar el fin de semana en Augusta (27º -1); que Sergio ha encontrado algo de luz la final de camino y que va a seguir trabajando para salir del túnel (36º +1)y que Miguel Ángel Jiménez sigue siendo el jugador más estable de la escuadra.