«Cada rebelde con un fusil es un pequeño mariscal»
Esas son las palabras que el fotógrafo español Manu Brabo, apresado por las fuerzas de Gadafi, transmitió el lunes a su padre
Actualizado: Guardar"Se estaban poniendo chungas las cosas porque cada rebelde con un fusil es un pequeño mariscal". Esta fue una de las afirmaciones que Manu Brabo hizo a su padre el pasado lunes por la noche, momento en que tuvo lugar la última comunicación del fotógrafo gijonés desde Libia. El asturiano, desplazado desde hace un mes y diez días al epicentro del conflicto, fue apresado el martes junto con otros dos periodistas norteamericanos y otro sudafricano por parte de las fuerzas de Gadafi. Así lo atestiguó un compañero también desplazado a la zona, que alertó al delegado de la agencia Efe en El Cairo y éste a los padres del asturiano.
Brabo, de 30 años y con una dilatada carrera profesional que le ha hecho ser testigo de la actualidad en Palestina, Kosovo o Haití, hablaba con su progenitor vía Facebook todas las noches para contarle cómo iba todo. "Aparentemente estaba todo tranquilo, tan sólo nos decía lo típico que ocurre cuando trabajas por lugares así, como que un taxista les había dejado tirados", comenta su padre, Manuel Varela de Seijas. Su hijo estaba alojado en un hotel de Bengasi, "un lugar relativamente tranquilo" y desde donde los rebeldes centran sus esfuerzos contra el régimen de Muamar al Gadafi, pero se desplazaba a diario para constatar con sus fotografías y sus relatos la crudeza del conflicto, los asaltos, el asedio y la situación real de la población civil. "Lo que antes lograban en una hora ahora les costaba cinco o seis", relata su padre, a quien Brabo explicó que el trabajo se había vuelto más complicado.
Desde que se tuvo noticia de su desaparición, la familia del fotógrafo gijonés ha estado en contacto con la embajada en El Cairo y otras organizaciones, "con bastante mal trato", para saber su paradero y su estado. A la pregunta de cómo está su hijo, Varela sólo puede responder con un lacónico "ni idea". "Sólo nos han dicho que intentarán hacer todo lo posible", explica tras haber hablado una vez más, a primera hora de la tarde, con los responsables de la embajada. Una comunicación que se antoja la única vía para saber del gijonés, que adoptó el apellido materno "por cuestiones artísticas" y que ha hecho de la fotografía no solo su medio de vida, sino también su filosofía.