Un mes aciago acaba con la resistencia al rescate
El Parlamento luso se opuso al último plan de austeridad del Ejecutivo socialista y forzó a Sócrates a presentar su dimisión
LISBOA Actualizado: GuardarPortugal cedió a la presión de los mercados y decidió pedir ayuda financiera tras un mes fatídico, en el que se vivió el rechazo al último plan de ajuste del Gobierno, la dimisión de su primer ministro y sucesivos recortes en el "rating" del país. El primer episodio de los convulsos últimos treinta días comenzó el pasado 9 de marzo, cuando el presidente del país, el conservador Aníbal Cavaco Silva, pronunció un dramático discurso durante la investidura de su segundo mandato.
En aquella dura intervención, interpretada por muchos como la escenificación de su ruptura con el Ejecutivo socialista, Cavaco consideró los últimos diez años como "una década perdida" y advirtió de que Portugal está "una situación de emergencia social". Un día después, el 10 de marzo, el Ejecutivo socialista superó una moción de censura presentada por los marxistas del Bloque de Izquierda gracias a la abstención de los partidos conservadores.
A la mañana siguiente y antes de la celebración de una Cumbre extraordinaria de la UE, el Gobierno del primer ministro José Sócrates sorprendió con el anuncio de su cuarto plan de austeridad en el último año que aspiraba a garantizar la reducción del déficit público en 2011 hasta el 4,6 por ciento.
El nuevo programa, que implicaba un recorte en las pensiones y en los beneficios sociales, provocó el rechazo de toda la oposición lusa, sindicatos y patronal, que acusaron a Sócrates de negociar con Bruselas sin consultar a los agentes sociales del país. Un día después, el sábado 12 de marzo, decenas de miles de portugueses se echaron a la calle para protestar contra la precariedad laboral y las injusticias sociales, en una de las mayores manifestaciones registradas en la historia moderna del país.
El martes 15 de marzo, la agencia de calificación de riesgo Moody's anunció una rebaja de la nota que asigna a la deuda de Portugal en dos escalones, hasta "A1", debido a sus dudas sobre la situación económica lusa y sus limitadas posibilidades de crecimiento. El fin de semana siguiente, Pedro Passos Coelho, líder del principal partido de la oposición en Portugal (Social Demócrata, de centro-derecha), admitía que el país necesitaba ya de un rescate financiero y advertía de la crisis política que se avecinaba.
No al plan de austeridad
El 23 de marzo, ésta se hizo realidad cuando el Parlamento luso se opuso al último plan de austeridad del Ejecutivo socialista -que gobierna en minoría con 97 de los 230 diputados- y forzó al primer ministro, José Sócrates, a presentar su dimisión ese mismo día. El 24 de marzo, la incertidumbre institucional en torno al país llevó a otra agencia de calificación de riesgo, Fitch, a cortar en dos niveles la nota de Portugal, hasta "A-". A continuación, Standard & Poor's rebajaba la calificación lusa hasta "BBB", mientras los intereses que penalizan la deuda soberana lusa se disparaban hasta alcanzar máximos históricos.
Especialmente significativa fue la evolución de las obligaciones portuguesas a cinco años, que superaron por primera vez desde la entrada en vigor del euro en 2002 la barrera del 8 % el 11 de marzo, y que siguieron subiendo hasta sobrepasar el 9 % (30 de marzo) y hasta el 10 % (5 de abril). Tampoco ayudaron a mejorar la confianza de los inversores las últimas previsiones del Banco de Portugal, anunciadas el 29 de marzo, en las que revisaba a la baja sus cálculos al predecir una recesión del 1,4 % en 2011, una décima peor de lo estimado. Ese mismo día, Standard & Poor's volvió a recortar su calificación de Portugal hasta dejarla en "BBB-", a un solo peldaño del "bono basura".
Las malas noticias continuaron el 31 de marzo, cuando el ministerio de Finanzas reconoció que el déficit público de 2010 fue del 8,6 % del PIB y no del 7,3 % como se había anunciado, por los cambios en la metodología introducidos por el Eurostat. En una espiral negativa en que estaba inmerso Portugal, Fitch y Moody's volvieron a rebajar la calificación de la solvencia lusa el 1 y el 5 de abril, respectivamente, mientras Cavaco anunciaba el 31 de marzo elecciones anticipadas el próximo 5 de junio. El epílogo antes de solicitar la ayuda que el Gobierno siempre quiso evitar llegó ayer con la subasta de títulos a seis y doce meses, y que logró colocar pero a un interés muy superior al habitual, al 5,11 y el 5,90 %, respectivamente.