Una mujer compra fruta en un supermercado de Hong Kong. / Foto: Reuters | Vídeo: Atlas
Alerta radiactiva

La OMS advierte de que la contaminación radiactiva es un problema «más grave» de lo que se esperaba

Los reactores 5 y 6 de la central se encuentran ya fuera de peligro

TOKIO/MADRID Actualizado: Guardar
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido hoy de que la detección de contaminación radiactiva en los alimentos procedentes de las zonas más afectadas por la actual emergencia nuclear de Japón supone un problema "más grave de lo que se esperaba". "Claramente se trata de una situación grave", ha declarado desde Manila el portavoz de la oficina de la OMS para el Pacífico Occidental, Peter Cordingley. "Es más grave de lo que se pensaba en los primeros días, cuando se creía que este tipo de problemas se limitaba a un radio de entre 20 a 30 kilómetros", ha añadido.

Pese a que las autoridades japonesas han asegurado que no reviste problemas para la salud, la detección de radiación en vegetales, áridos, leche y agua ha afectado a los mercados de alimentos regionales. El Gobierno ha prohibido la venta de leche fresca procedente de la prefectura de Fukushima y de espinacas producidas en otras zonas próximas.

Según Cordingley, la OMS no tiene evidencias de que la contaminación de alimentos procedentes de la prefectura de Fukushima -donde se encuentra la planta nuclear, gravemente afectada por el terremoto y el posterior tsunami del pasado 11 de marzo- haya afectado a otros países. "No hemos podido establecer ninguna relación entre Fukushina-1 y las exportaciones, pero es lógico suponer que algunos productos contaminados hayan salido de la zona", ha admitido. Los expertos de la OMS en Ginebra, ha proseguido Cordingley, están intentando obtener las máximas informaciones posibles sobre la crisis para emitir nuevas recomendaciones a lo largo de este lunes.

Los consumidores, alarmados

La alarma se ha desatado entre los consumidores pese a que el Gobierno insiste en que el nivel de radiación, si bien está por encima de los límites legales, no es dañina para la salud excepto si los alimentos se consumen de forma prolongada. Como medida "de precaución" se ha restringido la distribución de leche, espinacas y 'kakina' procedente de Fukushima, y en las provincias vecinas de Ibaraki, Gunma y Tochigi se ha limitado la venta de estas dos últimas verduras.

El ministro portavoz, Yukio Edano, ha instado a los ciudadanos a no caer en el pánico y actuar con calma y ha asegurado que los productos que ya salieron al mercado "no van a causar ningún daño a la salud de los consumidores". Las medidas son temporales y su duración dependerá de lo que dicten las mediciones de radiación, ha dicho Edano, que ha subrayado que ahora lo prioritario es "solucionar la situación en la planta nuclear".

Los controles han detectado la existencia de sustancias radiactivas en el agua de nueve provincias, incluida Tokio, la capital, aunque también en este caso las autoridades insisten en que los niveles están muy por debajo de los límites y no representan peligro. La única excepción se da en la propia provincia de Fukushima, donde las autoridades recomiendan no beber agua corriente.

La contaminación en los alimentos se perfila como un serio revés para los agricultores, aunque el Gobierno japonés ha dejado ver hoy que habrá indemnizaciones para aquellos afectados y ha asegurado que tomará medidas para evitar que los precios se disparen.