Imagen anterior al tsunami de la planta nuclear de Fukushima afectada por el fuerte terremoto. / Efe
terremoto en el pacífico

Japón asegura que el nivel de radiación en Fukushima ha descendido mientras continúan las tareas de rescate

Los efectos del terremoto en la planta han sido catalogados como un accidente de nivel cuatro en una escala de siete | Las autoriadaes han aumentado el área de evacuación a 20 kilómetros | El Gobierno asegura que se han liberado cantidades de radiación "mínimas" y mantiene un mensaje de calma a la población

PEKÍN/MADRID Actualizado: Guardar
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En el día posterior a la tragedia, Japón sigue envuelta en la desolación. Las cifras de fallecidos y desaparecidos no paran de aumentar y el estado de emergencia no abandona al país asiático. A todo ello se suman los efectos del terremoto en la central nuclear japonesa de Fukushima. El nivel de radiación ha descencedido en las últimas horas, según confirma la Agencia nipona de Seguridad Nuclear, pero los trabajos para mantener la zona limpia y evacuar a los ciudadanos más próximos se llevan a cabo sin descanso.

Dentro de la Escala Internacional de Eventos Nucleares (INES, por sus siglas en inglés), la explosión registrada en la central está considerada de nivel cuatro. En esta escala, el accidente de Three Mile Island, en Pensilvania, en 1979, está valorado de nivel cinco, mientras que el desastre nuclear de Chernobil en 1986, el más grave de la historia de esta industria, representa un siete sobre siete.

Los afectados por la radiación por el escape podrían ser de entre 70 y 160, según las estimaciones de la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial japonesa. Hasta ahora solo se han confirmado nueve casos de exposición a la radiación tras las pruebas realizadas por las autoridades municipales.

Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha comunicado que la explosión ocurrió fuera del recipiente primario de contención, por lo que el núcleo del reactor no ha sido dañado. La empresa Tokyo Electro Power Company (Tepco) ha confirmado que "la integridad del recipiente primario de contención del reactor número uno de la planta de Fukushima permanece intacta".

A su vez, Japón confirma la presencia de cesio-137, altamente radiactivo, y iodine-131 en las cercanías del reactor dañado, que resultaron en "un aumento inicial de los niveles de radiactividad alrededor de la planta a primeras horas de hoy, pero se observó que estos niveles habían descendido en las últimas horas".

La explosión se produjo en la planta nuclear 1 de Fukushima, a unos 270 kilómetros al noreste de Tokio, cuando varios empleados trataban de enfriar uno de los seis reactores nucleares de la central, cuyo sistema de refrigeración se vio dañado por el terremoto que ayer hizo temblar a Japón. El edificio de contención que albergaba un depósito de acero con el reactor se vino abajo a causa de la explosión, que dejó una enorme columna de humo visible a decenas de kilómetros durante varias horas.

140.000 personas han sido evacuadas

En los primeros momentos cundió la alarma, entre la incertidumbre y el temor a que hubiera estallado el propio reactor nuclear, pero tras las primeras inspecciones el Gobierno aseguraba que la explosión se había producido fuera. El ministro portavoz, Yukio Edano, ha dicho que el origen del accidente fue una reacción química de oxígeno e hidrógeno, y minimizó la posibilidad de una fuga al insistir en que el depósito de acero que recubre el reactor no había resultado dañado.

Las autoridades habían ordenado sacar a 46.000 residentes en un radio de diez kilómetros de la central, pero en el momento del accidente había aún unas 800 personas en la zona, y posteriormente aumentaron el área de evacuación a 20 kilómetros. Finalmente, unas 140.000 personas han sido evacuadas de las inmediaciones de la central.

Además, cuatro trabajadores de la planta resultaron heridos en la explosión aunque ninguno está en situación crítica, según Tokyo Electric Power (TEPCO), responsable de la central nuclear, que este año cumplió cuatro décadas y tiene permiso para operar al menos diez años más. Un accidente de estas características se trataba de evitar desde que el viernes un gran terremoto de 8,8 grados Richter sacudió Japón y cortó el flujo de energía eléctrica y el motor diesel de emergencia de la central de Fukushima.

La falta de energía paralizó el mecanismo de refrigeración de la planta, que cuenta con seis reactores de agua en ebullición, lo que hizo que los niveles de radiactividad fueran hasta mil veces superiores a lo habitual en una de las salas de control. Ello llevó a decretar el estado de emergencia nuclear en ésta y otra planta vecina, la número 2 de Fukushima, también perteneciente a TEPCO y que también vio alterado su suministro eléctrico por el terremoto. Para rebajar temperatura en ambos reactores el Gobierno nipón ordenó, por primera vez, que se abrieran de forma controlada las válvulas de los reactores, pese al temor de que el vapor liberado transportara sustancias radiactivas.

Radiación "mínima"

El primer ministro japonés, Naoto Kan, admitió que la operación liberó cantidades de radiación "mínimas", aunque en todo momento el Gobierno mantuvo su mensaje de calma a la población al asegurar que las eventuales fugas eran "asumibles". Ello no impidió que se vivieran momentos de fuerte alarma tras encontrarse cesio radiactivo cerca de la central, una sustancia aparentemente procedente del interior del reactor y que hizo temer un posible proceso de fusión nuclear.

Entre informaciones confusas y una frenética actividad para controlar la situación, las autoridades señalaron que habían logrado enfriar los reactores, aunque las consecuencias de los daños en la central todavía no están claras. Pese a ser un país extremadamente preparado ante los terremotos, especialmente las infraestructuras como las centrales nucleares, Japón se vio desbordado por la gran intensidad del temblor de ayer, el mayor del que se tiene constancia en el país.

Tal y como establece el protocolo de seguridad nipón, las once plantas de energía atómica de las zonas azotadas por el seísmo paralizaron de forma automática su actividad, por lo que el Gobierno se vio obligado hoy a instar a los ciudadanos a ahorrar energía para evitar posibles cortes en el suministro. Japón sufrió el peor accidente nuclear de su historia en 1999, cuando una explosión seguida de una fuga en un planta de procesamiento de uranio en la localidad de Tokaimura acabó con la vida de dos operarios y expuso a más de un centenar de habitantes a altos niveles de radiación.

Devastación y muerte

Mientras el Gobierno aborda la situación en la central nuclear, siguen apareciendo balances de víctimas. El potente terremoto y el tsunami, del que ya se han registrado 150 réplicas, habría ocasionado más de 1.000 muertos y desaparecidos, aunque los datos oficiales hablan de 645 desaparecidos, 1.373 heridos y 564 fallecidos, por los más de 1.600 estimados en al menos nueve provincias niponas por los medios japoneses. Después de facilitar estos datos, la Policía ha informado del hallazgo de entre 300 y 400 nuevas víctimas mortales del terremoto y posterior tsunami en la localidad japonesa de Rikuzentakata (prefectura de Iwate, en el noreste del Japón), que dispararía la cifra oficial de muertos.

Además, la cadena pública japonesa ha informado del hallazgo de entre 300 y 400 cadáveres en la prefectura de Miyagi, donde siguen sin ser localizadas 9.500 personas. De confirmarse por las autoridades, la cifra actual de fallecidos "podría rebasar fácilmente el millar", según el medio. Según la agencia Kyodo, unas 300.000 personas han sido evacuadas en cinco provincias del noreste de Japón.

Los daños causados en territorio japonés son, ahora mismo, incalculables. Un tercio de la ciudad de Kesennuma se encuentra bajo las aguas y la ciudad de Sendai ha quedado prácticamente arrasada por las olas de hasta 10 metros de altura desatadas por el seísmo. El primer ministro, Naoto Kan, ha informado de que 50.000 militares se dedicarán a las labores de rescate en las provincias afectadas del noreste de Japón. Unos 190 aviones y 25 barcos ya han sido desplegados para las tareas de búsqueda, en las que EEUU colaborará con sus barcos para el transporte de efectivos de las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército nipón).

Hay al menos 3.400 edificios destruidos en Japón por el terremoto, que además causó al menos 200 incendios. En la provincia oriental de Iwate, algunas ciudades fueron prácticamente barridas del mapa por el tsunami provocado por el seísmo. Más de 5,5 millones de viviendas japonesas se quedaron sin electricidad tras el seísmo y otro millón de hogares no tienen agua. El Gobierno ha pedido a la población que reduzca el gasto de electricidad, pues el suministro podría verse amenazado en ciudades como Tokio debido a que algunos generadores quedaron dañados por el fuerte seísmo.

En Indonesia, en Papúa , al menos una persona ha muerto a causa del tsunami, según los medios locales. Darwanto Odang, de 35 años, murió al caer al mar desde un bote cuando intentaba salvar a su familia de la amenaza del maremoto, según explicaron los vecinos de la víctima a la agencia Antara.