discreta puesta en escena

El mundo de la moda parisino solo tiene ojos para Galliano

La firma presenta la nueva colección del modisto mientras sigue la polémica por el vídeo en el que vierte insultos antisemitas

PARÍS Actualizado: Guardar
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La firma John Galliano ha presentado en un discreto formato, ante un número limitado de periodistas y compradores, la última colección del modisto gibraltareño para la marca que lleva su nombre. Lo ha hecho, por supuesto, en ausencia del también ex director artístico de Christian Dior Couture.

Galliano fue despedido el pasado 1 de marzo, tras ser acusado de injurias raciales, y tras haber sido convertido en involuntario protagonista de un vídeo divulgado por internet en el que se le puede ver ebrio, glosando las más atroces prácticas nazis.

Tras el despido del modisto, las creaciones presentadas hoy al público y a la prensa podrían ser las últimas con el nombre de John Galliano, al ser la firma propiedad al 90% de Christian Dior Couture, empresa gestionada a su vez por el grupo francés LVMH, número uno mundial del lujo. Cómo el pasado viernes en la pasarela de Dior, Galliano, a quien se cree en cura de desintoxicación en EEUU, aconsejado por algunos famosos amigos suyos del mundo de la moda que ya pasaron por ese trance, no asistió a la presentación.

Según ha resumido el portavoz de la firma desde el pasado enero, Alexandre Malgouyres, esta última colección John Galliano "es tan viva y tan Galliano como siempre y ha sido dibujada y creada por él de principio a fin".

Kenzo apuesta por las transparencias

Mientras, el Pret-à-Porter de París vistió hoy a una mujer Kenzo del invierno 2012 amante de transparencias y vaporosos vestidos largos, estampados, combinados con americanas de corte masculino, y a audaces jóvenes en pleno movimiento, como el soñado por Estrella Archs, para quien la ropa puede ser una segunda piel.

La pintora mexicana Frida Kahlo (1097-1954) fue una de las tres musas invernales del modisto italiano Antonio Marras para Kenzo, junto con la fotógrafa italiana Tina Modotti (1896-1942) y la artista estadounidense Georgia O'keeffe (1887-1986). Tres mujeres "de carácter muy fuerte" cuya "cara oculta" intentó mostrar ante un telón de fondo de círculos multicolores, reflejo de su visión de la fiesta mexicana y de ciertos motivos típicos de su tierra natal, la isla de Cerdeña, según comentó luego a la prensa.

Seducido por "el encanto lleno de delicadeza viril" de esas tres artistas "de alma rebelde", Marras creó modelos sofisticados y andróginos, faldas vaporosas hasta el suelo, rectas de punto por encima de los tobillos o asimétricas por debajo de las rodillas, siempre a cuadros o estampadas. Vestidos túnica, chaquetas capas, pantalones y camisas masculinos, todo era sensual y confortable, casi siempre sobre botas cortas planas forradas de piel o claveteadas.

En el terreno del color, Antonio Marras fue a contracorriente de sí mismo y tiñó sus modelos de burdeos, verdes oliva, berenjenas, bronces, marrones, ocres e incluso algún conjunto negro. Entre ellos, un traje pantalón absolutamente masculino, excepto por su tejido calado, inspirado directamente por Frida Kahlo, al igual que algunos de sus vestidos largos de muselina, terminados en un fluido volante a partir de la rodilla, de estampado 'Patchwork', portados con boleros de colores lisos, ponchos y parcas con capucha. Marras desnudó levemente el torso de su modelo con jerséis de punto transparentes combinados con pantalones, faldas, chaquetas de punto o chalecos negros de pieles.

En contraste con los ricos estampados de Antonio Marras, su colega francés Alexis Mabille se dividió entre los oscuros otoñales del café al azul 'noche negra' y los beige y gris claro, sin por ello abandonar la paleta vibrante de rojos y corales. Todo para una mujer casual, ecléctica y chic, que gustará vestir faldas, blusas y vestidos largos o cortos sin mangas, con escote palabra de honor o tipo túnica, sobre jerséis de cuello alto, largos o cortos; y pantalones anchos combinados con chaquetas y amplios abrigos.

El primer desfile Hermès de Christophe Lemaire, sucesor de Jean Paul Gaultier, tomó los 3.000 metros cuadrados de la nueva boutique parisina de la firma y un tono orientalizante a paso lento, acorde con la música de fondo y la coleta de estilo japonés portada por las modelos. El blanco que abrió la colección dio el tono de pureza buscado también en colores arena, jengibre, azafrán, ocre quemado, marrón y negro, y en una silueta recta y alargada, apoyada en la cadera; en el uso de abundantes pieles, 'leggins' de cuero, botines y botas altas vueltas en la rodilla.

La libertad inspira a Estrella Archs

Con la española Estrella Archs llegó uno de los momentos de poesía del día, conducido por una quincena de bailarinas de la Opera Nacional de París y tres del Crazy Horse. Entre el Teatro Garnier y el cabaré parisino, la modista catalana tomó posiciones en el Instituto Cervantes para presentar sus ideas, inspiradas ante todo en el movimiento y la libertad, porque "no hay nada que no tenga vida que no se mueva", según comentó. En su afán de movimiento, Archs cortó los acabados de sus prendas al láser con agua, para utilizar menos hilo y dar más movimiento a las prendas, y prescindió de botones o cremalleras para cerrar con imanes invisibles.

Punto de lana, muselina y crepe se convirtieron así en una segunda piel, construida con superposiciones llenas de fluidez, teñidas en los colores de arena de una plaza de toros, en sus rosas, naranjas y negros, con formas a veces inspiradas en el capote de un torero, destacó la artista.