El presidente de Christian Dior Couture, Sidney Toledano , pronuncia un discurso antes de la presentación de la colección de Dior para la temporada Otoño-Invierno 2011/12. / Ap
desfile en parís

Dior denuncia las «intolerables» palabras de Galliano antes del último desfile del diseñador para la firma

"El hecho de que el nombre de Dior, por medio de su 'designer', por brillante que sea, haya podido mezclarse con palabras intolerables nos es muy doloroso", ha señalado el presidente de Christian Dior Couture, Sidney Toledano

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El desfile Christian Dior para la próxima temporada invernal comenzó de manera totalmente atípica, con un breve pero contundente discurso del presidente de Christian Dior Couture, Sidney Toledano, contra las palabras "intolerables" de quien hasta este martes fue su director artístico, John Galliano.

Además del carácter "inaceptable" de lo ocurrido, Toledano subrayó "el dolor" provocado por el modisto gibraltareño -cuyo nombre no cito-, inculpado por injurias raciales y protagonista de un triste vídeo que circula por internet en el que visiblemente ebrio celebra a Hitler y sus estrategias asesinas. "El hecho de que el nombre de Dior, por medio de su 'designer' (diseñador), por brillante que sea, haya podido mezclarse con palabras intolerables nos es muy doloroso", explicó.

Intolerable y doloroso "en nombre de nuestro deber de memoria, de todas las víctimas el Holocausto, del respeto de todos los pueblos, de la dignidad en sí misma", agregó antes de recordar que durante la ocupación alemana de Francia la hermana de Christian Dior fue deportada al campo de concentración nazi de Buchenwald. Esta prueba es dolorosa también porque todo el mundo en Dior "se dio en cuerpo y alma a su trabajo y está estupefacto y triste por sus palabras incalificables" y por tratarse de alguien "a quien apreciábamos por su gran creatividad", añadió.

Toledano recordó a continuación los valores de la firma fundada "tras las horas sombrías de la guerra", en 1947, por Christian Dior, con el deseo de ofrecer belleza, ligereza y felicidad a la mujer. "El, cuya familia se arruino en 1929 y cuya adorada hermana fue deportada a Buchenwald", resaltó. Subrayó, ante todo, que los valores de excelencia, respeto, refinamiento, saber hacer que caracterizaron siempre a esta firma, que desde hace más de 60 años contribuye al resplandor de la cultura francesa en el mundo, siguen "intactos" y son portados por los equipos y talleres de la Maison Dior. "Lo que van a ver ahora es el resultado de su inmenso trabajo", concluyó Toledano segundos antes de ser aplaudido por la asistencia.

Belleza y elegancia

El desfile fue inevitablemente bello y elegante, como todo desfile Dior. El estilo del próximo invierno, será ultrafemenino y de elegancia segura. Pudo constatarse desde el primer modelo: un espectacular conjunto de sombrero y capa larga de cachemir negro sobre chaqueta de cuero marino, jersey burdeos bajo bolero violeta, pantalones de terciopelo hasta las rodillas, como las botas altas, grises, de plataforma y altísimo tacón. La armonía era absoluta con los valores fundadores de la firma, en busca de belleza, ligereza y feminidad, recordados por Toledano.

Faltaba un hilo conductor, ese que solo puede venir de un único artífice, pero el saber hacer de los equipos y talleres Dior, con más de 60 años de experiencia, completó sin problemas los diseños cuya evolución no pudo seguir el modisto, al menos hasta el final. Etéreos vestidos de seda, chaquetones de pieles, pantalones bombachos, botas altas en abundancia, pero también complicadas sandalias, abundancia insospechada de bolsos de todos los tamaños, faldas cortas evasé, vestidos de volantes, y colores invernales, fueron algunas de sus características. Hubo también transparencias, trajes de coctel y de noche negros, o confeccionados en tonos muy claros, verdes resplandecientes y rosa carne, siempre sobre materias primas de ensueño.

La alegría surgió al final, en el momento llamado a ser el más triste. La ofrecieron los mismos artesanos de la casa, vestidos con sus batas blancas de trabajo, todos juntos, algo menos de medio centenar, cuando salieron al podium saludar a su público. Algo nunca visto. Fue la idea genial que hizo llevadero ese momento clave en el que Galliano, gran provocador y organizador de espectáculos, recorría el podium disfrazado a juego con el tema que le había inspirado la colección.