«España estará en este momento histórico para consolidar las aspiraciones de los pueblos del mundo árabe»

José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a ejercer de catalizador de las reformas democráticas en el Magreb con todas las circunstancias. El jefe del Ejecutivo ha defendido en una declaración conjunta con el primer ministro del Gobierno provisional, Beyi Saif Ebssesi, en el Palacio presidencial de Cartago que su apoyo es necesario. "En este momento histórico, España estará al frente, a diferencia de otros momentos en los que no pudo, para consolidar las aspiraciones democráticas de los pueblos del mundo árabe".

Zapatero, el primer jefe de un gobierno europeo en visitar el país tras la caída del dictador Ben Alí, ha matizado que su intención no es decir a nadie "lo que tiene que hacer", sino "acompañar" en el proceso de cambio.

En el Gobierno consideran que este es un momento "clave" para que la transición llegue a buen puerto porque ya se han empezado a dar pasos importantes, como la legalización del partido islamista Ennahda (Renacimiento) o el respaldo de la Policía y las Fuerzas Armadas al Ejecutivo liderado por Ebssesi. De ahí que concedan una gran importancia a la visita de Zapatero.

Asamblea constituyente

Essebsi ha agradecido el respaldo del jefe del Ejecutivo español. "El pueblo tunecino ha despertado de un largo letargo de 22 o 23 años con esta experiencia que esperemos que tenga éxito", ha señalado el veterano y reconocido político. Zapatero ha podido escuchar de su boca la 'hoja de ruta' que maneja en estos momentos. Su intención es, según fuentes gubernamentales, convocar elecciones para formar una Asamblea Constituyente el 24 de julio.

El Ejecutivo español contempla la posibilidad de poner en marcha mecanismos de ayuda financieros y no financieros para, según fuentes de Exteriores, encauzar todo el proceso. Algunos de ellos tendrán carácter multilateral y pueden ser instrumentalizados a través del Banco Europeo de Inversión y del Banco Europeo de reconstrucción y desarrollo, pero también está prevista una aportación unilateral a través la Oficina Técnica de Cooperación al Desarrollo, en este caso, para dar apoyo a la sociedad civil.

El montante de la ayuda está aún por determinar, como también dependerán de las necesidades de los propios tunecinos las ayudas logísticas o la asesoría jurídica. Las citadas fuentes han defendido que Túnez es un país "bien artículado" con una arquitectura institucional que puede ser aprovechada y que no conviene desmontar de la noche a la mañana sino, más bien, adaptar su modificación al proceso de transición.