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Villa, del juzgado de Avilés al estadio del Valencia

En el juicio en el que su ex agente le reclama 6 millones de euros quedó claro que nunca quiso ir al Madrid

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David Villa vivió una jornada muy ajetreada y poco recomendable para un futbolista. La noche anterior al encuentro de Mestalla tuvo que pernoctar en su domiclio de Langreo para asistir a las 10 horas de la mañana a un juicio en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Avilés, cuyo titular es Ricardo Badás. Su ex representante, José Luis Tamargo, le reclama 6 millones de euros por supuesto incumplimiento de contrato y por la comisión del fichaje del ex delantero del Valencia por el Barça en junio de 2010 al considerar que las condiciones eran las mismas que él acordó en 2009, cuando al final el equipo azulgrana se decantó por Ibrahimovic ante la negativa del club levantino a vender.

El delantero asturiano, con testigos como Manuel Llorente, Joan Laporta, Txiki Begiristain y Raül Sanllehí, que participaron en aquella negociación, defendió que su vinculación con Tamargo concluyó el 19 de abril de 2010 cuando le comunicó la ruptura por escrito y le acusó de “no haber sido conmigo todo lo profesional que yo he sido con él”. Villa estuvo 45 minutos en la sala. Testificó y escuchó el interrogatorio de su abogado a Tamargo antes de pedir permiso al juez para viajar a Valencia. En contra de lo que ayer se dijo en algunos medios, no se alteró en ningún momento, no lloró y el juez no tuvo que llamarle la atención. Simplemente 'cabeceó' algo irritado poco antes de irse cuando Tamargo recurrió a un intercambio de mensajes con Villa con motivo del nacimiento de su segunda hija en agosto como demostración de que ambos mantenían una relación.

En el juicio quedó claro que Villa nunca quiso ir al Madrid (Tamargo sí se lo propuso en 2009) y que si no fichó un año antes por el Barça fue porque Manuel Llorente, entonces presidente del Valencia, se cerró en banda, especialmente tras lo sucedido el 13 de julio de 2009 el día que Villa comenzó a romper con Tamargo. El agente citó en Pozuelo a todas las partes con argumentos distintos y sin que unos supiera que acudían los otros. A Llorente le dijo que era una cita para animar a Villa, enfadado con el Valencia por el dinero que pedía al Barça, pero cuando llegó y vio allí a representantes azulgranas se marchó indignado. Días después, el Barça fichaba a Ibrahimovic pese a ser más caro, señal de que no contaban con Villa para 2010.

El juicio acabó pasadas las 15 horas y quedó vista para una sentencia que se espera en menos de un mes, aunque Villa ya había llegado a las 14 horas al hotel del Barça en Valencia a tiempo de comer con el equipo gracias a un avión privado fletado por el club.