Messi desatasca y tranquiliza al Barça
Dos toques de cabeza del argentino echaron por tierra todo el sacrificio del Mallorca, sentenciado después por Villa y Pedro
BARCELONA Actualizado: GuardarLeo Messi desatascó al Barça y tranquilizó al equipo azulgrana en la pelea por la Liga con otro gol decisivo, el que abrió el camino de una victoria que era obligada y se presumía muy complicada para los azulgrana tras media hora de cierto sufrimiento. Con dos toques de cabeza, el 'crack' argentino echó por tierra todo el sacrificio defensivo del Mallorca, sentenciado después por los goles de Villa y Pedro, en un ejercicio no demasiado brillante pero sí muy efectivo del 'otro Barça', que debió esforzarse para superar los obstáculos que le puso el valiente equipo de Laudrup. En un partido en el que se podía temer un tropiezo azulgrana por las ausencias de Xavi, Puyol, Alves y Valdés, fue Messi, que suma 26 goles en Liga, quien se encargó de acallar a los críticos y a quienes auguran que este Barcelona está de bajón. Frente al Mallorca demostró de nuevo que está preparado para padecer, fue de menos a más para sumar un trabajado triunfo, y acabó recreándose ante su rival. Sigue en la senda del título, aunque al inicio le costase muchísimo coger el ritmo.
Solo tras el tanto de Messi consiguió el Barcelona hacerse con el control del partido y jugar como sabe, porque hasta entonces, el Mallorca, con su presión tan adelantada, planteó un encuentro incomodísimo para Guardiola y los suyos. Laudrup supo cómo había que desactivar, al menos en el inicio, a los azulgrana, que no tenían tiempo ni espacio para pensar, tan agobiados en el medio campo por los mallorquinistas y con una defensa impecable liderada por Nunes y Rubén. Apenas dispuso de ocasiones el Barcelona en el primer tiempo, porque el Mallorca fue atrevido, se echó arriba a desactivar a un conjunto que acusó la ausencia de Xavi, y también tuvo sus oportunidades para dar algún susto a Pinto con un delantero, Webó, a quien al principio tuvieron dificultades para sujetar los centrales. También nota el Barcelona la baja de Puyol, sobre todo psicológicamente, por la seguridad que da al equipo el catalán, aunque la pareja Piqué-Abidal sigue rindiendo.
También se echaba en falta a Dani Alves, aunque su compatriota Adriano se disfrazó de él, poco antes del 0-1, con una genial internada que acabó con el balón paseándose cerca de la línea de gol, cuando el Mallorca ya empezaba a acusar el enorme esfuerzo físico, liderado con los pivotes Joao Víctor y Martí y con De Guzmán en la media punta pero ayudando también en la destrucción.
El despliegue defensivo del Mallorca impidió que el Barcelona moviese el balón con fluidez y claridad. No podía pasar al pie y elegir la mejor opción, porque los de Laudrup encimaban muchísimo y los azulgrana se mostraba incapaces de superar el medio campo. Solo cuando el Barça imprimían velocidad se intuía alguna opción de éxito. Y sobre todo, cuando aparecía Messi. Realmente, el argentino aparecía como la única tabla de salvación de un Barça que aunque pretendía mantener la calma, cada vez estaba más ansioso y cegado.
Zapatazo de 'crack'
Perdonó Messi una ocasión inmejorable a la media hora tras un robo de Villa, en el primer cambio rápido de velocidad del Barcelona en un duelo que se había convertido en un ejercicio de confianza y sacrificio para los de Guardiola. Y aunque las llegadas fueron muy esporádicas, Keita, el sustituto de Xavi en la línea de tres del centro del campo, se la puso al número uno para que este tocase dos veces de cabeza y elevase por encima del sorprendido Aouate. A Messi no se le puede perder de vista ni un segundo, porque te la lía, y el Mallorca quedó ya golpeado por ese gran tanto que marcaría el después desarrollo apacible de lo que había sido un choque tan trabado. El Barça respiró, ya con la pelota más suelto, y con el marcador a favor pudo irse al descanso sosegado.
El Mallorca continuó con su planteamiento de presión en la reanudación, pero ya con bastante menos fe, mientras el Barcelona se sentía ya más seguro y, convencido de que con más espacios podría aprovechar para sentenciar. Así ocurrió con un fantástico pase de Busquets hacia Villa para que el asturiano desbordase a Aouate, mantuviese su racha goleadora, y diese la puntilla definitiva a los bermellones. El digno Mallorca ni siquiera quiso así arrojar la toalla, pero el Barcelona, aunque Iniesta no entraba demasiado en juego, ya era el equipo reconocible, tan superior a sus rivales. Y cuando el partido se debatía en una fase adormecida, Pedro, al estilo de los más grandes, se sacó un tremendo zapatazo desde el borde del área para colaborar en la goleada y ganarse el descanso junto a Villa, que ha marcado ya en cuatro partidos consecutivos. No se hartó el Barça de tocar y buscar más tantos, aunque también se relajó en algún momento, aunque en la segunda mitad el suplente de Valdés apenas tuvo que intervenir. Incluso Guardiola pudo dar la oportunidad a otro canterano, Montoya, en una final de partido tan plácido.