Adiós a Europa de un Sevilla que mereció más
La anécdota del partido estuvo en la grada, donde seguidores del Deportivo de la Coruña se acercaron a Oporto a animar a los sevillanos
SEVILLA Actualizado: GuardarEl Sevilla se despide de Europa, de la extinta UEFA, su favorita en los últimos años. Los hispalenses siguieron con el ‘maleficio’ europeo de los equipos españoles y no supieron remontar fuera de casa el 1-2 adverso que se traía del Sánchez-Pizjuán. Ni siquiera el millar de seguidores sevillanos desplazados, ni un centenar de ‘Riazor Blues’ -aficiones hermanadas- que se acercaron a hacer piña, pudieron disfrutar de un grato espectáculo.
Gregorio Manzano tenía dos opciones: ir a por el partido o marcharse sin pena ni gloria. Eligió la segunda, como contra el Real Madrid en Copa. Escogió la vereda de la puerta de atrás. Nunca mejor dicho a tenor del once titular y la forma aburrida de plantear el juego.
El Oporto sólo necesitó quince minutos para decidir quién mandaba. El tiempo que tardó el colegiado Howard Webb, muy mal como acostumbra, en sacar la primera amarilla a Navarro y Alexis, en dos jugadas en las que quedaron retratados. Hasta cinco ocasiones claras para el Oporto, disparo al larguero de Falcao incluido, por ninguna clara de los nervionenses fue el balance de la primera mitad. Gracias a Javi Varas (gran sustituto de Palop) el cero a cero llegó hasta el descanso.
Según parece, a los sevillistas nadie les había dicho todavía que tenían que marcar al menos dos tantos y que eso solo se logra si se tira a puerta. Porque en la reanudación continuaban con balones largos y defendiendo más que atacando. Quizá Manzano pensara que con el empate le darían un punto para la Liga. Menos mal que alguien le dijo que aquello era otra competición y decidió arriesgar con la entrada de Luis Fabiano, colocando así a tres delanteros.
Un Oporto fallón
Esto lo cambió todo. Bien es cierto que el Oporto tuvo muchas oportunidades para adelantarse. Pero Moutinho, Hulk y Falcao desperdiciaban una ocasión tras otra. Algo que no hizo Luis Fabiano a falta de veinte minutos. Un maravilloso pase de Negredo y una definición magistral del brasileño daba esperanzas. Webb se encargó de dar aún más. Expulsó dos minutos después a Pereira por una ‘asesina’ entrada contra Medel. Las cosas se ponían de cara para el Sevilla.
Pero todo fue nadar para ahogarse en la desembocadura del Duero. Porque al poco tiempo Alexis vio la segunda amarilla. Cualquiera que sepa algo de fútbol habría quitado al central nada más producirse la expulsión del jugador luso. Por eso Manzano no lo hizo, ya que antepone un finiquito a hacer las cosas bien.
Al final, victoria agria de un Sevilla que se marcha de Europa por culpa de errores propios tanto en la ida como en la vuelta. Algunos jugadores han demostrado que deben seguir el camino de su actual entrenador la próxima temporada: lejos de Nervión.