La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado , durante su intervención hoy en la sesión de control en el pleno del Congreso. / Efe
españa ante la crisis

Salgado da «hasta 5 años» para sanear una caja en la que entre el Estado

La vicepresidenta segunda reitera su deseo de que el PP apoye el plan para reforzar el sector financiero que el Gobierno aprobará este viernes

MADRID Actualizado: Guardar
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La vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, ha garantizado que si el Estado entra como accionista en una caja, la entidad dispondrá de "hasta cinco años" para reforzar su capital, con lo que disipa el temor de CiU de que una institución pueda ser subastada precipitadamente. Además, en declaraciones a la prensa en el Congreso tras esta afirmación, Salgado ha reiterado su deseo de que el PP apoye el plan para reforzar el sector financiero que el Gobierno aprobará este viernes.

"Es especialmente importante que el único partido que en algún momento puede gobernar participe en decisiones importantes del sector financiero", ha apostillado la ministra. Minutos antes, en respuesta a una interpelación al portavoz de ERC, Joan Ridao, Salgado ha dicho que el Estado "no tiene vocación de permanencia" en las entidades que reciban una inyección del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Pero ha aclarado que el FROB sí tiene la "intención de estar todo el tiempo que sea necesario para que el proceso de reforzamiento pueda llevarse a cabo", si bien dio de plazo cinco años, el mismo tiempo que ya puso en enero como límite de permanencia del Estado en el accionariado de una entidad.

Ridao comparte la opinión del portavoz parlamentario de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, de que una subasta rápida sólo permitirá que las cajas se acaben vendiendo "a precio de regalo, al mejor postor" (bancos españoles y extranjeros). A juicio de Ridao, al final se acabará en un "oligopolio en el que los bancos no tendrán competidores y excluirán a sus clientes menos lucrativos", lo que acabará influyendo negativamente en el crédito. "La urgente necesidad de capital pondrá a las cajas en manos de jugadores deseosos de beneficios inmediatos y más rentabilidad", ha advertido Ridao, que también ha reprochado a Salgado, la "auténtica discriminación" que es exigir a las cajas un 10% de capital principal respecto a activos de riesgo, frente al 8 por ciento de los bancos.

Salgado ha insistido en que la distinción no es por tipo de entidades, sino por la presencia o no de inversores privados y la dependencia superior al 20% de los mercados mayoristas. Ridao mantiene que eso es exigir un capital "fuera del alcance" de la mayoría de las cajas y un "suicidio asistido" para las mismas, "con dinero público", y que llevará a la desaparición de la obra social.

Seguir cumpliendo con la obra social

Para defenderse de estas críticas, Salgado ha argumentado que la reforma pretende que las cajas puedan seguir cumpliendo con su obra social, que sólo se puede llevar a cabo cuando hay beneficios. Además, la vicepresidenta ha considerado que de cara a los nuevos exámenes de solvencia, cuya publicación está prevista para mediados de año, "sería de desear" que, en ese momento, las entidades los pudieran resolver "sin dificultad".

En cuanto al coste para el erario público de las medidas financieras, Salgado ha dicho que "apenas" llega al 1,5% del PIB y ha destacado que el Tesoro lleva ingresados ya cerca de 3.000 millones con las actuaciones para reforzar la liquidez. Esa cantidad es el resultado principalmente de los intereses generados con la compra a las entidades de activos financieros por parte del Estado. Por último, ante la acusación de Ridao de que Economía "sustrae" las competencias autonómicas sobre las entidades financieras, la vicepresidenta aseguró que "la propuesta que el Gobierno va a plantear no va a alterar en nada el modelo competencial existente".