La primera ovación para una comedia sobre inmigración
La pregunta "¿quién soy o qué soy yo realmente: alemán o turco?" es el punto de partida de la cinta que firman las hermanas Samdereli
BERLÍN Actualizado: GuardarLa pregunta existencial que permite conocer la historia de la familia de Hüseyin Yimaz, un campesino de Anatolia que decide emigrar a Alemania como 'trabajador invitado', la hace su nieto Cenk, de seis años, cuando regresa de su primer día de escuela: "¿Quién soy o qué soy yo realmente: alemán o turco?". Éste es el punto de partida de la película 'Almanya. Willkommen in Deutschland', de la directora Yasdemin Samdereli, que ha contado con su hermana Nesrin como guionista. El resultado cautivó ayer al público de la Berlinale y recibió la primera ovación en esta edición del festival de cine.
En la escuela, el niño no puede jugar a fútbol en el equipo alemán, pero tampoco en el turco. Para consolarle, su prima Canan, de 22 años, le cuenta la historia de su abuelo Hüseyin, que llegó a la tierra prometida de la inmigración en los años sesenta e hizo que su familia le acompañara después.
El filme gustó porque pocas veces, quizá nunca, el siempre polémico tema de la inmigración turca en Alemania, y su traumático proceso de integración, había sido tratado en el cine alemán de forma tan alegre, con tanta ternura y humor corrosivo, a los que se añadió una buena dosis de melancolía. La combinación hizo reír al público y le arrancó también lágrimas.
Cooperante en África
El milagro tiene nombres de mujer. La directora Yasdemin Samdereli y su hermana Nesrin, guionista, ambas nacidas en Alemania de padres turcos, que optaron por alejarse de los estereotipos adjudicados a las personas de esta procedencia, a las que se pinta de fanáticos, asociales y delincuentes en su juventud.
«Los turcos se sentían extranjeros al comienzo y aún se sienten así. Y cuando vamos a Turquía también nos pasa lo mismo. Estamos sentados entre dos sillas», expresó la actriz Lilat Huser, quien encarna a la abuela Fatma. «Queríamos trabajadores y vinieron personas», sentenció el escritor suizo Max Frisch, en una frase que utilizan las hermanas Samdeleri para poner fin a la historia.
El desarraigo también tuvo un protagonismo central en la otra película que se proyectó a competición en la Berlinale. Pero esta vez, el que afecta a europeos que trabajan como cooperantes en África. Es el tema que refleja la cinta alemana 'Schlafkranheit' (Enfermedad del sueño) de Ulrich Köhler, que relata el drama de un médico que duda entre regresar a Alemania para no perder a la mujer que ama o quedarse en el continente africano.
La cinta ofrece pinceladas sobre el mal uso de la ayuda internacional, pero fracasa a la hora de explicar los motivos por los cuales Ebbo, el médico, decide permanecer en África, elección que lo convierte en un hombre amargado y también destructivo.