fútbol | primera división

Victoria de récord

Pedro, al final del primer tiempo, y Messi, en los minutos finales, vencieron la resistencia del abnegado Hércules

BARCELONA Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Barça sigue imparable. Esperó sus momentos al final de cada período para hacer caer al Hércules como fruta madura, consolidar su liderato e igualar un récord que se prolongaba durante medio siglo. Con 15 victorias consecutivas, supera el mejor registro propio, que databa de la época de Rijkaard, y se equipara al Madrid de D’Stéfano. Ganó porque es mejor, porque se lo tomó muy en serio, porque respetó a su ‘bestia negra’ y porque, hoy por hoy, resulta imposible frenarle. Ya acumula diez victorias fuera de casa en esta Liga.

Los alicantinos repitieron el planteamiento que les permitió ser los únicos capaces de ganar al Barça hasta ahora, pero esta vez los de Guardiola no regalaron nada atrás. Siempre gobernaron el duelo pero sin perder de vista su entramado defensivo. Gozaron de menos ocasiones que en choques precedentes pero las suficientes para imponerse con solvencia. Pedro abrió la lata cerca del descanso –lleva seis partidos seguidos marcando y ya suma 12 dianas en Liga- y Messi cerró el duelo con dos goles cerca del final. Al Hércules le penalizó en los últimos cinco minutos la expulsión del veterano Farinós, quien tuvo un aciago regreso después de siete meses en el dique seco.

La vuelta de Alves después de tres partidos ausente por una lesión muscular fue la única novedad en este Barça rutilante, donde faltaba el lesionado Puyol. En el Hércules, Esteban Vigo apostó en el centro del campo por el canterano Kiko Femenía. El resto, lo previsto. Cartas marcadas para un partido cantado, similar al del Camp Nou pero con suerte contraria. Desde el arranque, los catalanes se apoderaron del balón frente a un rival que juntó dos líneas de cuatro bastante atrás y apenas salió a presionar. Nada de ir a buscar arriba al líder. Mucho mejor esperarle atrás, sin tener que hacer así un desgaste físico todavía mayor. Al menos eso es lo que pensó el ‘Boquerón’, deseoso de un partido muy estrecho.

El dominio azulgrana fue incuestionable desde el arranque pero tampoco se traducía en muchas intervenciones de Calatayud. Aunque Messi, Villa, Xavi, Iniesta y Pedro son capaces de tirar paredes inverosímiles, encontraban pocos huecos frente a un rival bien pertrechado y donde el colombiano Abel Aguilar y el argentino Fritzler hacían un trabajo extraordinario como medios de cierre y el senegalés Sarr y Sergio Rodríguez, formado en la cantera del Barça, sobresalían como pareja de centrales.

Pedro abre la lata

Un tiro de Messi, con poco ángulo, una acción individual del ‘Balón de Oro’ y un disparo alto de Pedro fueron las primeras aproximaciones antes de que el Hércules se animase a buscar el factor sorpresa. Ciertamente, necesitan muy poquito los del Rico Pérez para fabricar alguna ocasión casi de la nada, ya que Valdez aguanta el balón como pocos y Trezeguet se las sabe todas. Sin embargo, el francés falló tras una dejada del paraguayo de las que no suele perdonar.

La perseverancia azulgrana encontró premio al filo del descanso. Pedro se abrió ligeramente, Xavi le asistió y el tinerfeño superó a Calatadyud con un tiro seco junto al palo que más cerca defendía. Un gol clave, sufrido, y muy celebrado en el banquillo de Guardiola. Lo más difícil estaba conseguido. El Barça volvía a marcar al menos un tanto lejos de casa en el primer tiempo. Como en todos los partidos de Liga menos en San Mamés.

El Hércules se animó a adelantar líneas en el arranque de la segunda mitad. Y generó incertidumbre en los culés, preocupados de nadar y guardar la ropa. Sólo llegó en una acción de Valdez, bien atajada por Valdés, pero como el marcador era exiguo el choque estaba abierto. Lamentó el Barça la anulación de un gol a Pedro por un supuesto fuera de juego. Su posición era dudosa y el balón venía desviado por un contrario.

Esteban Vigo lo intentó con Cristian, Farinós y el ex madridista Portillo, pero no había forma. El ex de Valencia, Inter, Villarreal y Mallorca se ganó dos amarillas casi seguidas y Messi certificó el triunfo en dos jugadas magníficas y diferentes. Primero, se lo guisó y se lo comió. Después, marcó a puerta vacía tras una acción colectiva. El Madrid arrancará en Pamplona a siete puntos de su gran enemigo.