crisis política en el líbano

Mikati niega querer una confrontación con Occidente

La comunidad internacional se ha mostrado inquieta por la elección del primer ministro debido a que aconteció en un ambiente de mucha tensión en el país

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El primer ministro designado en el Líbano, Nayib Mikati, ha negado buscar una confrontación con Occidente, tras las preocupaciones que ha despertado su elección por el apoyo que ha recibido de Hizbulá, y ha afirmado que no fue el candidato de ese grupo chií. En una entrevista concedida anoche al canal de televisión libanesa LBC y reproducida hoy por la prensa local, Mikati pregunta: "¿Por qué quieren que me enfrente a Occidente?". Y responde "Nadie en el Líbano busca un choque con la comunidad internacional".

La comunidad internacional se ha mostrado inquieta por su elección debido a que aconteció en un ambiente de mucha tensión en el país, cuya población está dividida respecto a un tribunal especial apoyado por la ONU que investiga el asesinato del exprimer ministro Rafic Hariri, el 14 de febrero de 2005. "Respetaré los compromisos internacionales del Líbano, a no ser que haya unanimidad nacional" en el sentido contrario, ha añadido Mikati, en alusión al deseo de Hizbulá para anular las diligencias de ese tribunal.

El Tribunal Especial para el Líbano (TEL), con sede en Holanda, está analizando el acta de acusación presentada el pasado 17 de enero por la fiscalía. Al parecer, hay militantes de Hizbulá supuestamente involucrados en el atentado que costó la vida de Hariri. Mikati ha asegurado que no pertenece a la alianza 8 de Marzo, liderada por Hizbulá, y ha expresado que nadie le puso condiciones para apoyar su candidatura. "Diré, aun más, soy yo quien las puso. Los próximos días dirán si Nayib Mikati es fiel o no a sus constantes", ha añadido.

Ha explicado que tomó la decisión de presentarse como candidato para primer ministro el domingo pasado. "El viernes por la tarde, en una cena privada, afirmé que votaría por Saad Hariri (su predecesor y antiguo aliado), pero acontecimientos sucedidos el fin de semana tuvieron su efecto sobre mi", ha agregado, sin revelar a qué aludía.

Sobre su identidad suní

Ha insistido además sobre su identidad suní, necesaria para poder ser primer ministro, dentro del esquema político confesional del Líbano, y ha afirmado poseer la mayoría de la opinión pública de Trípoli, ciudad septentrional donde en los últimos días se han registrado manifestaciones contra su candidatura. Mikati ha negado que haya ruptura con Hariri. "Cualquiera que sea su posición, continuará siendo un amigo y un hermano para mí", ha asegurado.

También ha reconocido haber viajado en los últimos días a Siria, país con gran influencia en el Líbano y al que dominó durante tres décadas, pero ha confesado que tuvo contactos "no detallados con responsables amigos en Occidente y en el mundo árabe". Esos contactos los hizo después de la caída del gobierno de Saad Hariri, el 12 de enero, al retirarse del gabinete de unidad los ministros que representaban a la oposición al no ser anuladas, como pedían, las diligencias del tribunal internacional que lleva el caso de Rafic Hariri, padre del hasta hace poco primer ministro libanés.