Un Senado políglota
La Cámara Alta estrena un servicio de traducción simultánea para que sus señorías puedan hablar en euskera, catalán y gallego
MADRID Actualizado: Guardar"Van un gallego, un catalán y un vasco...." A partir de ahora, si un senador sufriera la tentación de contar uno de estos chuscos chistes -que solían potenciar los tópicos regionales más añejos- durante su intervención en el pleno en alguna de las lenguas cooficiales en España sería traducido de manera simultánea en castellano. El Senado gastará unos 12.000 euros por sesión, es decir, 350.000 euros al año para prestar este servicio. A esta cantidades hay que sumarle los 4.526 euros que han costado los 400 equipos de traducción. La suma, en cualquier caso, supone una porcentaje menor del presupuesto global para 2011 del Senado, que asciende a 55,1 millones de euros.
"Señoras y señores diputados, gracias por haber contribuido a que nos podamos expresar en una lengua distinta al castellano". Ramon Aleu, portavoz del Partit dels Socialistes de Catalunya, ha estrenado sobre las ocho de esta tarde con esta frase la 'era del pinganillo' en el Senado durante una moción que, curiosamente, abordaba el fracaso escolar en todo el territorio español. Pocos de los senadores asistentes accedieron a usar el auricular desde donde se pueden oír las voces de los 25 licenciados en traducción que, al menos ayer, prestaron su servicio desde una 'sala secreta', ya que rechazaron a convertirse en protagonistas mediáticos. La senadora gallega del PP, María José Sainz, es la segunda en intervenir, pero declina hablar en gallego, "porque estamos debatiendo sobre educación y es un tema que interesa a todos los españoles".
Orgullo nacionalista
La senadora del PNV Miren Leanezbarrutia, por contra, se mostró "muy orgullosa" de ponder expresarse en euskera, "la lengua más antigua de Europa". "No he visto ninguna demanda en ningún sitio para que aquí tengamos que trabajar utilizando traducción simultánea, esto en un país normal no se produce"; aseguró Mariano Rajoy horas antes de la puesta en marcha de esta iniciativa. "Las lenguas están para entenderse" y por ello los senadores deberían utilizar el castellano en sus debates, porque es la lengua que todos conocen", remachó el líder del PP.
La senadora catalana del PP Alicia Sánchez Camacho, que ofreció todos sus mítines de campaña en castellano y catalán, anunció que no utilizará la lengua de su patria chica en el pleno, y que sólo la empleará en la Comisión de Comunidades Autónomas. Un acto que justificó con la siguiente consideración: "en momentos de excesivo gasto y grave crisis económica lo mejor sería que las instituciones públicas tratásemos de reducir el gasto".
Manuel Chaves defendió un punto de vista bien distinto. El vicepresidente tercero calificó de "ínfimo" el dinero que se destina a esta partida y opinó que es "correcta" la utilización de las lenguas cooficiales en una "Cámara, como el Senado que queremos convertir en la cámara de representación territorial". Más incisivo se mostró José Manuel Pérez Bouza, portavoz del BNG, que no dudó en indicar que el verdadero debate "debe ser si merece la pena que el Senado siga abierto".
Mientras cada uno cumplía con su guión, la vida en la Cámara Alta apenas sufrió alteración. El menú del almuerzo de la cafetería sólo se podía leer en castellano, el mismo idioma en el que se expresaban mayoritariamente los senadores por los pasillos, incluso, en presencia de otros compañeros -de siglas o de institución- políglotas.