El Real Madrid visita Getafe con la victoria como obsesión
Cristiano marcó otros dos, pero a los blancos les faltó su habitual pegada y debieron pelear hasta el final para asegurar el triunfo por la expulsión de Arbeloa
Madrid Actualizado: GuardarEl Real Madrid tiene muchos problemas para crear fútbol, pero es demoledor al contraataque. Sacrificado en la recuperación, vertiginoso, contundente e inconformista, le endosó tres goles al Getafe y al final tuvo que sufrir con 10 por un gol de Albín que le metió el miedo en el cuerpo, pero el Madrid pudo lograr media docena si hubiese tenido más puntería. El equipo de Mourinho fue demasiado para el Getafe en el Alfonso Pérez, donde los blancos, a los que sólo les valía ganar tras el triunfo del día anterior del Barça, también con sufrimiento, mantuvo su racha victoriosa y goleadora. En gran parte lo consiguió gracias al de siempre, Cristiano Ronaldo, que marcó dos goles más pero no fue suficiente para que el Madrid afrontase con tranquilidad la recta final. La expulsión de Arbeloa complicó demasiado un buen encuentro que se convirtió en un combate cara a cara que tuvieron que pelear hasta el final los madridistas, pese a su clara superioridad. Al Madrid le faltó su habitual pegada y al final Mourinho, poco después de la reaparición de Kaká, tuvo que retirar a Özil para reforzar la defensa con el olvidado Garay y asegurar así el triunfo por la mínima.
El Real Madrid se aprovechó de que el Getafe, lejos de encerrarse, convirtió el partido en un duelo de ida y vuelta, y en sólo 20 minutos Di María se encargó de sepultar casi todas sus esperanzas, aunque un golazo de Parejo evitó que quedase sentenciado en la primera parte. Un discutido penalti provocado por el argentino y un gran contraataque culminado de forma genial por Özil a pase del ‘Fideo’ allanaron el camino de un Madrid letal cuando tocaba responder con velocidad tras robar el balón en el medio campo. La línea formada por el argentino, el alemán de origen turco y Cristiano Ronaldo no dejó de crear problemas a la defensa azulona, y en la primera llegada clara el portugués marcó su 18º gol a balón parado (nueve de penalti) desde que viste de blanco. Cierto es que Mané agarró a Di María, pero lo hizo levemente y el madridista exageró la caída. A instancias de su juez de línea, Undiano señaló la rigurosa pena máxima lanzada con una descomunal potencia por CR7. El choque quedó marcado por esa polémica acción protestada por el Getafe, aunque los de Míchel siguieron plantando cara.
En un toma y daca, la calidad y la pegada es la que suele decidir, por lo que el Madrid tenía todas las papeletas para dar otro golpe a un Getafe que arriba, con tan escasa eficacia ofensiva, tenía escasa opciones. Aunque faltasen Pepe y Carvalho y Arbeloa sufriese en el lateral derecho ante Gavilán y Mané, la pareja de centrales formada por Sergio Ramos y Albiol era de garantías, y Casillas no pasó ningún apuro hasta que Parejo, el mejor del Getafe en el que piensa Mourinho para que regrese en el mes de junio, recortó diferencias. Pese a ello, el Madrid continuó a lo suyo. Presionando, recuperando, aprovechando los espacios y con jugadas al primer toque, en las que casi siempre participaba Di María. Benzema también se movió bien, y sus compañeros, salvo Cristiano, le buscaron siempre para que marcase, pero volvió a evidenciar sus limitaciones, aunque ejerció de asistente en el 1-3. El Getafe siguió vivo en el descanso porque al Madrid le faltó remate, aunque por muy poco tiempo.
Sin eficacia
El crecimiento del Getafe liderado en el medio campo por Parejo, pese a la rémora de tener la compañía de Boateng, lo cortó de raíz otro robo de balón cerca del área local. El ‘9’ volvió a cambiar de sitio, pero esta vez sí resultó efectivo. Benzema se la puso a Cristiano y el ‘crack’, que no perdona y va lanzado a por el ‘Pichichi’ y la Bota de Oro, con permiso de Messi, elevó su cuenta goleadora y dio la puntilla casi definitiva. No se conformó el Madrid con el resultado, y cada contraataque se convirtió en un ejercicio de superioridad insultante de los blancos ante un rival desbordado ante la proyección ofensiva. Lo que le faltó al Madrid, y sobre todo a Benzema, para aumentar la goleada, fue eficacia.
El francés no dejó de intentarlo y se le presentaron dos ocasiones similares para fusilar con la derecha, pero no fue capaz de acertar con la resolución. A Mourinho, que ya había anunciado que Kaká jugaría quince minutos, no le quedó otro remedio que retirar a un Benzema en el que no confía y sacar al brasileño ya recuperado de su grave lesión tras ocho meses sin jugar con su equipo. Cristiano pasó entonces a ser el delantero centro. Kaká salió con ganas, a comerse el césped, quiso participar de más fiesta goleadora, pero no fue posible, porque faltó puntería, Arbeloa fue expulsado y dio alas al Getafe, que otra vez redujo distancias con un trallazo de Albín. Incluso Kaká tuvo su oportunidad solo ante Codina en otra contra cuando ya se llegaba al final, pero el brasileño al que todos los aficionados blancos querían vender de inmediato también tuvo el punto de mira desviado.