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Vuelve Navas y el Sevilla resucita, gracias a Kanouté

Osasuna, con ocho bajas, no puso apenas en aprietos a los andaluces en el Pizjuán

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Llegaba Osasuna con ocho bajas al Ramón Sánchez Pizjuán, como el peor visitante de la Liga, y lo demostró con creces. El Sevilla, a un ritmo muy bajo, logró su primera victoria tras cinco derrotas consecutivas en la competición nacional. Lo hizo gracias a la vuelta de Jesús Navas, después de tres meses lesionado, y a un gran Kanouté, que ya es el cuarto máximo goleador en la historia de la entidad. Los dos jugadores sevillistas son los únicos que tiene Gregorio Manzano para poder sacar al equipo adelante. Enfrente estaba un rival siempre complicado en Nervión, como era Osasuna .

Pero bastante tenía Camacho con poder confeccionar un once como para intentar sacar algo positivo del estadio sevillista. A pesar de las ausencias, no lo pusieron fácil los 'rojillos'. Tras cinco minutos iniciales de vendaval del Sevilla, en los que Negredo tuvo hasta cuatro ocasiones claras de marcar, la intensidad la pusieron los visitantes.

Los navarros, bien arropados en defensa, intentaban sorprender con contragolpes, mientras que Capel era la única noticia arriba del Sevilla. Lo era porque Negredo estaba todavía celebrando la Nochevieja y Kanouté tenía que ayudar en el centro a Romaric, del que mejor no comentar nada. Así que sólo podía llegar de una manera algún gol. Efectivamente. A balón parado. Navas colgó un pase magistral desde la derecha para que malí marcara de manera magistral. Dio una lección de lo que es un buen delantero al vallecano.

Tras la reanudación el ambiente frío del Pizjuán contagió a los jugadores. Mucha descoordinación y faltas agresivas de los osasunistas y sin noticias de los futbolistas hispalenses. Mientras Osasuna se cargaba de tarjetas amarillas, los rojiblancos lo hacían de desidia. Dijo el entrenador local en la previa que Navas solo no iba a ganar el partido. Pues poco le faltó, porque es casi el único que merece ser destacado de una vulgar plantilla.

Tampoco es que Manzano y Camacho se erigieran como prodigios del buen fútbol con sus sistemas. La próxima vez, al menos, que lo disimulen un poco. Porque si hubieran robado las porterías, nadie se habría dado cuenta. Aburrimiento de los porteros y de los seguidores en la segunda mitad para ver cómo los de fuera querían pero no podían, mientras que los de casa ni tan siquiera hacían el intento.

Se merecieron perder los dos por el soponcio provocado al aficionado, pero al final la victoria fue para los locales, tras una negativa racha liguera. Osasuna sigue acercándose peligrosamente a los puestos de descenso.