FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Almería hurga en la herida del Sevilla

Kanouté falló con penalti y Piatti fue el hombre del partido

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Partido interesante el que disputaron en la tarde-noche del sábado Sevilla y Almería. Un derbi andaluz del que se esperaba mucho. Había dos equipos que se jugaban algo más que tres puntos, porque de perder podían ver de cerca los puestos de descenso. Por ello se esperaba que al menos salieran con ganas, con intensidad.

Pero pronto toda esa teoría se vino abajo. El Sevilla sí empezó con fuerza. Hasta José Carlos, quien tuvo su enésima oportunidad para demostrar que tiene cabida en el primer equipo, dio un balón al larguero tras un toque exquisito. Pero la gasolina duró poco a los sevillanos. Crusat se encargó de romper la monotonía del partido con sus peligrosos contragolpes. Él y Piatti se sobraban y bastaban para volver loca a la defensa sevillista. Hasta tres pases de gol dieron entre ambos que Kalo Uche no supo aprovechar.

Tras el monólogo que se estaba implantando en el Sánchez-Pizjuán les tocó el turno de nuevo a los hispalenses de hacer algo por su patria, por sus aficionados. A ello contribuyó un absurdo penalti cometido por Vargas, que lanzó manos al aire y tocó balón. Pena máxima que no aprovechó un mal Kanouté. El malí se convierte en el jugador que más penaltis ha marrado en la historia del club. Por su parte, Alves ya ha parado hasta nueve lanzamientos desde los once metros.

Toda la parsimonia de la primera mitad cambió en la segunda. Nada más comenzar un dudoso tanto concedido por el colegiado a Vargas adelantó a los visitantes. Tras el saque de un córner -de nuevo las jugadas a balón parado hicieron daño a los locales- Renato salvó por dos veces bajo los palos. No se sabe a ciencia cierta si traspasó totalmente la línea de gol.

A partir de ahí los nervionenses intentaron que los silbidos de su públicos no fueron a más. En el palco del Pizjuán ya estaban rezando para no ver pañuelos. Hasta que llegó Negredo para hacer la jugada del partido, haciendo lo más difícil y fallando lo más fácil. A la contra el argentino Piatti seguía siendo el mejor. Sólo Palop, en uno contra uno, parecía poder pararlo, sobre todo, gracias a una mano milagrosa que podría haber puesto las cosas complicadas.

Expectante final

Los sevillanos estaban totalmente noqueados y los almerienses se encontraban más cómodos conforme pasaban los minutos. Por su parte, la afición sevillista explotaba: pitos a Romaric por sus salidas nocturas, nítidas broncas contra la directiva y gritos de dimisión contra Monchi.

Todo el polvorín en el que se encontraba el partido terminó por explotar con los cambios de Gregorio Manzano. Romaric, Alfaro y Acosta, jugadores que no valen ni para Segunda, eran los revulsivos. El jienense pierde crédito a marchas forzadas, sobre todo, por no contar con los jóvenes valores de la cantera sevillista.

Los últimos minutos del encuentro sirvieron para ver a un Sevilla paupérrimo y a un Almería en su salsa. El tanto de Piatti, un golazo desde más de 30 metros, aumentó la cólera de la grada. A los tres minutos acortó distancias Kanouté a pase de Acosta. El ímpetu del gol se apagó con la absurda expulsión de Alexis y el gol de tacón de Piatti tras un pase de su pareja de baile, Crusat.

La afición sevillista no pudo más y con ironía pidió una subida de carné a José María del Nido ante el esperpento que estaban viendo. El Almería venció con justicia y acerca al Sevilla a la zona de peligro.