La silla vacía de Liu Xiaobo protagoniza la ceremonia del Nobel de la Paz
El presidente del Comité compara la ausencia del disidente chino con las de Suu Kyi, Walesa o Sajarov
OSLO Actualizado: GuardarEl presidente del Comité Noruego del Premio Nobel de la Paz, Thorbjoern Jagland, ha comparado la ausencia del disidente chino Liu Xiaobo en la ceremonia de entrega de los premios con la de otros destacados disidentes del pasado que tampoco pudieron recibir personalmente el galardón, como Aung San Suu Kyi, Andrei Sajarov o Lech Walesa. Asimismo, ha advertido de que, con el encarcelamiento de Liu, China ha demostrado una "debilidad" que contrasta con el rápido crecimiento económico experimentado por el gigante asiático en los últimos años.
"Lamentamos que el galardonado no esté presente hoy", ha afirmado Jagland durante el discurso previo a la ceremonia, que se ha celebrado en Oslo. Liu "se encuentra aislado en una prisión del noreste de China", ha proseguido. "Ni siquiera la esposa del galardonado, Liu Xia, ni sus más próximos familiares han podido estar con nosotros", ha añadido.
"Este hecho por sí solo ya demuestra que este premio es necesario y apropiado", ha asegurado el presidente, quien ha recordado que "ha habido numerosas ocasiones en el pasado en las que no se permitió asistir al galardonado". "Hubo muchos problemas en 1935, cuando el Comité concedió el premio a Carl von Ossietzky", ha explicado. El dictador alemán Adolf Hitler "se puso furioso y prohibió que ningún alemán aceptase el Premio Nobel". "Ossietzky no vino a Oslo y murió apenas un año más tarde", ha recordado.
"Hubo una considerable indignación en Moscú cuando Andrej Sajarov recibió el premio en 1975. También se le prohibió recibir el galardón en prisión y envió a su esposa", ha continuado. "Lo mismo hizo Lech Walesa en 1983", ha agregado. "Las autoridades birmanas se pusieron furiosas cuando Aung San Suu Kyi recibió el Premio de la Paz en 1991", ha señalado. Por tanto, "una vez más, el laureado no ha podido venir a Oslo". "En 2003, Shirin Ebadi recibió el Premio Nobel de la Paz. Ella sí vino. Se podrían decir muchas cosas sobre la reacción de las autoridades iraníes, pero el embajador iraní al menos asistió a la ceremonia", ha afirmado.
Una larga lucha
"El hecho es que este premio nunca se ha concedido para ofender a nadie", ha declarado Jagland. "La intención del Comité Nobel ha sido pronunciarse sobre las relaciones entre los Derechos Humanos, la democracia y la paz", ha añadido. El Premio de la Paz "ha sido importante para recordar al mundo que los derechos ampliamente compartidos en la actualidad son el resultado de la lucha y el éxito de personas que asumieron grandes riesgos", ha manifestado. "Ellos lo hicieron por los demás. Es por ello que Liu Xiaobo merece nuestro apoyo", ha aseverado.
"Aunque ninguno de los miembros del Comité se ha reunido nunca con Liu, tenemos la sensación de que lo conocemos", ha explicado Jagland. "Lo hemos estado siguiendo estrechamente durante mucho tiempo", ha añadido. "El 4 de junio (de 1989), él y sus amigos intentaron impedir un enfrentamiento entre el Ejército y los estudiantes", pero "su éxito fue sólo parcial", ha recordado, en referencia a la matanza de Tiananmen. Aquel día, ha indicado, "se perdieron muchas vidas, la mayoría de ellas en el exterior de la Plaza de Tiananmen Square". "Liu ha dicho a su esposa que le gustaría dedicar el Premio de la Paz de este año a 'las almas pedidas del 4 de junio', y es un placer para nosotros cumplir su deseo", ha subrayado.
"Apenas se encuentran ejemplos en la historia mundial en los que una gran potencia haya conseguido un crecimiento tan rápido en un periodo tan largo de tiempo como China", ha declarado. "El éxito económico de China ha sacado a cientos de millones de chinos de la pobreza", ha proseguido. "Si el país demuestra que es capaz de desarrollar una economía social de mercado compatible con el respeto total de los derechos civiles, tendrá un impacto altamente favorable en el mundo", ha advertido.
En este contexto, ha afirmado, "muchos se preguntarán si China no estará manifestando su debilidad, por mucha que sea la fuerza que tenga actualmente el país, en la necesidad de condenar a un hombre a once años de cárcel únicamente por expresar sus opiniones sobre cómo se debería gobernar su propio país". "Esta debilidad queda expresamente clara en la sentencia contra Liu, que es especialmente grave por el hecho de que sus opiniones hayan sido difundidas por Internet. Quienes temen los avances tecnológicos tienen muchos motivos para temer al futuro", ha manifestado.
"La respuesta de las autoridades chinas es que el Premio de la Paz de este año supone una humillación para China", ha proseguido Jagland. "La historia ha mostrado muchos ejemplos de dirigentes políticos que han jugado con los sentimientos nacionalistas y han intentado demonizar a los que tienen otras opiniones" y a los que "enseguida se convierte en agentes extranjeros", ha señalado.
El advenimiento de una China libre
Durante la ceremonia, se ha leído un discurso en el que Liu augura una China en la que "los Derechos Humanos estarán por encima de todo" y el país "estará gobernado por las leyes". En el discurso, que Liu pronunció durante su juicio en diciembre de 2009 y que ha sido leído por la actriz noruega Liv Ullmann, el disidente dice: "No tengo enemigos ni siento odio. Ninguno de los policías que me ha vigilado, arrestado e interrogado, ninguno de los fiscales que me han acusado y ninguno de los jueces que me han juzgado es mi enemigo".
A su juicio, "el odio puede pudrir la inteligencia y la conciencia" y "la mentalidad de enemigo puede envenenar el espíritu de una nación, incitar luchas crueles y mortales, destruir la tolerancia y la humanidad de una sociedad y poner en peligro el progreso de una nación hacia la libertad y la democracia". "Por eso espero poder ser capaz de trascender mis experiencias personales mientras me planteo el desarrollo y el cambio social del país, para contrarrestar la hostilidad del régimen con la máxima buena voluntad y para disipar el odio con amor", añadió.
En este contexto, dijo creer "firmemente" que "el progreso político de China no se detendrá". "Y yo, lleno de optimismo, espero el advenimiento de una China libre. No hay fuerza capaz de poner fin a la búsqueda de la libertad por parte de las personas, y al final China se convertirá en una nación gobernada por las leyes en la que los Derechos Humanos estarán por encima de todo".
Por otro lado, Liu declaró que su "experiencia más afortunada de los últimos 20 años" ha sido "el amor desinteresado" que ha recibido de su esposa, Liu Xia. "Ella no ha podido estar presente hoy como observadora en el tribunal, pero aun así quiero decirte, querida mía, que creo firmemente que tu amor por mí seguirá siendo el mismo de siempre", agregó. "Durante todos estos años en los que he vivido sin libertad, nuestro amor ha estado lleno de amargura, impuesta por circunstancias ajenas, pero cuando lo recuerdo después, sigue siendo infinito", manifestó. "Tu amor es la luz del sol que entra por encima de los altos muros y penetra entre las barras de hierro de la ventana de mi prisión, acariciando cada parte de mi piel, calentando cada célula de mi cuerpo, permitiéndome mantener siempre la paz, la franqueza y la alegría en mi corazón y llenando de significado cada minuto de mi tiempo en prisión", aseguró. Liu concluyó diciendo: "No he hecho nada que sea un crimen, (pero) si se presentan cargos contra mí por esto, no tengo ninguna queja".