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La primera 'ensaladera' de la colección
Ferrero, Costa, Corretja y Balcells consiguieron la Copa Davis para España hace ahora diez años
MADRID Actualizado: GuardarRondaban las tres de la tarde de aquel domingo 10 de diciembre cuando Juan Carlos Ferrero soltó un revés paralelo imposible para Hewitt que suponía la primera Copa Davis para España. La meta que habían perseguido Orantes, Santana, Gisbert, Arilla, Emilio Sánchez-Vicario y otros muchos se había alcanzado en la última etapa del siglo XX y la alegría de aquellos integrantes (Albert Costa, Álex Corretja y Joan Balcells) se repartió desde la arcilla de Barcelona a todo el tenis español.
No obstante, aquel triunfo se había fraguado once meses antes. “Al principio de año nos reunimos con todos los jugadores y pactamos para que todos se centraran en la Copa Davis y renunciaran a algunos torneos y exhibiciones. Fue un sacrificio”, explica Javier Duarte, entonces primer capitán de la selección. A pesar del carácter individualista de los deportistas, aquellas renuncias no envenenaron la relación entre los integrantes, según Corretja, porque “desde el comienzo de la competición se empezó a crear un ambiente muy bueno de equipo. Todos los componentes eran muy importantes. Y prevaleció el bloque por encima de las individualidades”.
Estrategias arriesgadas
El presidente de la Federación Española de Tenis, Agustín Pujol, también había apostado por un novedoso sistema basado en cuatro seleccionadores. “Fue un formato revolucionario. Puede que a la gente no le gustara pero ese año se consiguió la Davis gracias a los jugadores y a los capitanes”, reclama Corretja. La trayectoria de aquella temporada resultó impecable para los españoles con la ventaja de albergar todos los partidos en casa. Italia cayó en Murcia (4-1), Rusia en Málaga (4-1), Estados Unidos en Santander (5-0) y Australia perdería en el Palau Sant Jordi de Barcelona (3-1). Duarte añade que se jugó a favor con las novedosas opciones a la hora de intercambiar a los jugadores de la convocatoria antes de los partidos “porque España, con tantos tenistas para elegir, tiene ventaja”.
Con todo a su favor varias circunstancias influyeron en la final de Barcelona y aumentaron la presión. Por un lado no se convocó a Carlos Moyà, que había alcanzado el número 1 del ránking en 1999 y por el otro, se optó por reservar a Corretja para los dos últimos partidos. “Fue todo un poco raro porque yo era el número 1 y no jugué el primer día. Los capitanes pensaron que para mí era muy complicado jugar viernes, sábado y domingo a cinco sets y prefirieron darme descanso. Fue una táctica rocambolesca que sorprendió y fue difícil para mí asimilarlo, pero me convencieron”, confiesa el propio tenista.
Debido a la presiones externas, la concentración en un hotel de la Diagonal resultó “una semana con mucha tensión y muy dura pero con mucha alegría porque creíamos que era nuestro momento”, según Corretja. El primer capitán, Javier Duarte, cree que el trabajo de los técnicos cristalizó por la peculiar naturaleza del torneo entre países: “Es un deporte individual, un deporte ‘del yo’ y, curiosamente, en estas semanas es cuando hay gente muy individualista que forma un equipo. Esa es la grandeza de la Davis”.
Ferrero, el protagonista
En el plano deportivo, Costa abrió con una derrota a cinco sets ante Lleyton Hewitt , el 8 de diciembre de 2000, sobre la tierra batida del Palau Sant Jordi. “La clave fue el segundo partido. Ferrero empezó un set abajo y ganó el desempate en el segundo. Ese tie-break marcó la eliminatoria porque Rafter ‘se fundió’ y Ferrero ganó. Fue el momento de máximos nervios porque en el viernes te habrías puesto un punto y dos sets abajo y no sé que habría pasado” relata Duarte con precisión a pesar de haber transcurrido diez años.
El sábado, el ‘dobles’ formado por Corretja y Balcells derrotó a la excelente pareja formada por Sandon Stolle y Mark Woodforde. El domingo, mientras Corretja esperaba aislado en el vestuario a un posible quinto partido contra Rafter, Ferrero superó después de cuatro horas al reciente ganador del US Open.
Hoy, la sucesión de éxitos individuales de los tenistas de la ‘Armada’ y las cuatro Davis en diez años parecen haber dejado en segundo plano la primera vez que se levantó la ‘ensaladera’ y que vivió el adolescente Rafael Nadal como abanderado. Corretja reivindica que permitió a España superar “una asignatura pendiente” en su crecimiento y Javier Duarte que aquella final imprimió al equipo “un recuerdo fantástico y un ambiente que todavía hoy se mantiene”.