La cantera del Barça se gusta
Fontàs y Víctor Vázquez acabaron con el gafe del Rubin Kazan
BARCELONA Actualizado: GuardarEl Barça acabó con el gafe del Rubin Kazan en un partido de trámite que sirvió una vez más para demostrar el fondo de armario de la cantera azulgrana. A la cuarta, tras dos empates y una derrota en la Liga de campeones, fue la vencida ante el antipático equipo ruso, que tendrá que conformarse con la Europa League. Dos jugadores del filial, Fontàs y Víctor Vázquez, lograron los goles en un día en el que también hubieron malas noticias: las lesiones de Jeffren y Bojan.
El día después de que France Football hiciera oficial que el Balón de Oro sólo puede ser para Iniesta, Messi y Xavi, la afición del Barça no pudo brindarles el homenaje deseado porque Pep Guardiola no alineó de salida a ninguno de los tres debido a la intrascendencia del encuentro ante el Rubin Kazan, con el equipo azulgrana ya clasificado de antemano como primero de grupo para octavos de final. Eso sí, si se trata de valorar el galardón como un premio para La Masia, el técnico sí colaboró en la fiesta al colocar en el once a siete canteranos, quien sabe si futuros aspirantes al Balón de Oro: Piqué, Busquets, Bojan, Jeffren, Fontàs, Thiago y Jonathan.
Guardiola se tomó el encuentro como un ensayo e hizo el dibujo táctico más raro posible en un ataque de 'Cruyffismo' en honor a su padre deportivo: defensa de tres con Busquets por el centro en un 3-3-1-3 que hasta invitó al ultradefensivo Rubin Kazan a salir más de lo normal de su parcela. Sorprendió el riesgo que asumió Guardiola con Piqué, titular pese a estar apercibido de sanción en la Liga de campeones con dos amarillas. El encuentro sólo tuvo una historia en la primera parte, la de las lesiones de Jeffren y Bojan, que tuvieron que pedir el cambio. El primero, por culpa de un problema muscular en el minuto 12; y el segundo, tras recibir un golpe involuntario en el rostro de Bocchetti que le dejó KO en el 35. Con Xavi, Villa, Alves, Pedro, Keita y Milito en la grada, Guardiola no echó mano de Iniesta y Messi, que estaban en el banquillo y recurrió a dos canteranos más: Víctor Vázquez y Bartra.
Con las lesiones, el de Santpedor acabó con los inventos y pasó al 4-3-3, aunque con un tridente ofensivo formado por habituales centrocampistas e incluso laterales: Adriano, Víctor Vázquez y Jonathan. Así las cosas, el Barça apenas creó peligro, un disparo desde fuera del área de Thiago y poco más, mientras que el Rubin Kazan, pese a necesitar la victoria, se dedicó a perder tiempo. Sí tuvo la ocasión más clara con un centro envenenado de Ansaldi que Pinto salvó por los pelos.
La alegría de Messi
La segunda parte arrancó con un gol feo acorde al pobre espectáculo que se estaba viendo. Thiago, más descarado tras el descanso, habilitó a Fontàs, central zurdo que remató con la uña con la fortuna de que el balón rebotó en las manos de Kaleshin despistando a Ryzhikov. Mejor no verlo ni repetido... Los 50.436 espectadores que decidieron a ver un encuentro sin alicientes (hasta el Copenhague ganaba su partido para dejar fuera de octavos al Rubin Kazan) tuvieron un premio en el minuto 62. Messi sustituyó a Jonathan. Fue recibido con la ovación de la noche porque es de agradecer poder ver aunque sólo sea media hora al mejor jugador del mundo. Muchos de los ayer presentes eran turistas de puente festivo en Barcelona y valoraron un detalle así de Guardiola.
Y Messi, que sólo se divierte jugando, correspondió con varias acciones marca de la casa en las que dribló a varios jugadores, aunque sin encontrar ángulo para el remate. No importó. En un día tan aburrido, llevarse ese recuerdo del argentino a casa ya vale.
En el tramo final, Víctor Vázquez, jugador de gran calidad del filial perteneciente a la quinta de Messi, pero maltratado por las lesiones, anotó con elegancia el 2-0 definitivo.