Instalaciones de la petrolera hispano argentina Repsol-YPF en Yasuní, provincia de Orellana (Ecuador). / Efe
SECTOR PETROLERO

Repsol seguirá en Ecuador

La empresa brasileña Petrobras saldrá del país al no haber alcanzado un acuerdo con el Estado para cambiar el contrato

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El Gobierno de Ecuador ha finalizado la renegociación de los contratos con las grandes compañías petroleras privadas, un proceso en el que la brasileña Petrobas y otras tres empresas de menor tamaño dejan sus activiades en el país.

Ecuador ha logrado convencer al filo de la fecha límite a la hispano-argentina Repsol-YPF de que se quedara. Tanto es así que los documentos del acuerdo no estaban listos para su firma durante la ceremonia en el Ministerio de Recursos Naturales No Renovables que ha clausurado las negociaciones.

Las empresas que han suscrito los nuevos acuerdos han sido la chilena Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), la italiana Agip y las chinas Andes Petroleum y Petrooriental, además de Repsol-YPF. Los han rechazado la coreana Canada Grande, la estadounidense EDC y la china CNPC, junto con Petrobras.

Las cuatro compañías que dejarán Ecuador no han aceptado las condiciones que presentó el Gobierno, que pretende incrementar sus ingresos y embolsarse cualquier subida extraordinaria en el precio del petróleo.

El titular de ese ministerio, Wilson Pástor, ha dicho que con los nuevos contratos la renta petrolera que recibe el Estado pasará del 70% actual al 80%, mientras que el resto irá a las empresas privadas. Eso significará un aumento de 5.350 millones de dólares en ingresos actualizados para el erario público durante el período de vigencia de los contratos, según sus cálculos.

Además, las compañías se han comprometido a invertir 1.207 millones de dólares, de acuerdo con Pástor, quien ha indicado en la ceremonia que los resultados de la renegociación "son muy favorables para los intereses del país". En su conjunto las empresas que se irán representan el 14% del bombeo privado de petróleo del país, según Pástor.

El ministro Coordinador Sectores Estratégicos, Jorge Glas, ha manifestado que con las empresas que se van "se ha planteado una transición ordenada para que las operaciones pasen, a partir de mañana, a manos del Estado ecuatoriano, a manos de Petroecuador". Pástor ha indicado que esa transición durará un máximo de 120 días, durante los cuales se hará un inventario de sus activos y una auditoría ambiental, de forma que se determine un "valor de mercado" que el Estado les pagará como compensación.

Las empresas tienen derecho a demandar a Ecuador en un tribunal internacional de resolución de disputas comerciales, pues el país ha puesto punto y final a los contratos antes de su vencimiento. Pástor ha dicho que el Gobierno no prevé "en este momento" que ninguna de las compañías opte por esa vía, dado que pretende darles una compensación "justa".

Decisiva intervención de Correa

Según el nuevo modelo de contrato, el Estado es el dueño de todo el petróleo que bombean las empresas privadas, a las que paga una por cada barril extraído una tarifa fija que incorpora una rentabilidad para ellas del 15%. De este modo, cualquier subida en el precio del petróleo redunda en beneficio de Ecuador, al tiempo que las empresas tienen un incentivo para reducir sus costos, según Pástor.

Petrobras no ha aceptado la tarifa que le ofreció el Gobierno, así como algunas de las cláusulas legales de los contratos, que restringen la capacidad de las empresas de presentar demandas contra el Estado por incumplimiento de contrato. La empresa brasileña opera el Bloque 18 y el campo unificado Palo Azul, en la Amazonía ecuatoriana, de donde extrae unos 20.000 barriles diarios de crudo.

Todas las compañías que se quedarán en Ecuador han aceptado ganar menos o un valor similar al actual por el petróleo extraído al precio actual, excepto Repsol-YPF, para la que la negociación significará un aumento de 2,7 dólares por barril en sus ingresos. El Gobierno ha hecho esa concesión "debido a las importantes nuevas inversiones" garantizadas por la compañía, que ascenderán a 293 millones de dólares en los próximos ocho años.

En las negociaciones con la empresa ha intervenido el propio presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien recibió el lunes por la noche a sus responsables, según ha confirmado una fuente gubernamental. Eso ha ayudado a evitar que Repsol-YPF siguiera el camino de Petrobras.