FÚTBOL | LIGA DE CAMPEONES

Paseo del Madrid en su templo de Ámsterdam

Benzema se reivindicó en un duelo donde 'Mou' reservó a cinco titulares para el clásico y ordenó a Xabi Alonso y Ramos ganarse la expulsión para llegar limpios a octavos

MADRID Actualizado: Guardar
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Excelentes noticias para el Madrid en su visita al Ámsterdam Arena, ese santuario blanco donde Mijatovic marcó aquel gol que sirvió para acabar con 32 años de sequía y firmar la ansiada séptima Copa de Europa que abrió otra época triunfal para el club.

Reservó casi a medio equipo titular para el clásico, ganó de calle, disfrutó con los mejores minutos de Benzema, autor de un tanto espléndido, certificó el liderato de grupo y creció con las brutales estadísticas goleadoras de Cristiano.

Tan fácil lo tuvo que hasta Mourinho, pendiente de todos los detalles, se permitió el lujo de recurrir al polaco Dudek para que se acercase al capitán Casillas y le transmitiera dos órdenes concretas: que Xabi Alonso y Sergio Ramos se buscasen la segunda amarilla para saltarse el trámite del Auxerre y llegar limpios al cruce de octavos. No se le escapa una al portugués, que visitará el Nou Camp en un momento cumbre, donde ni un madridista osa discutir su dirección de equipo.

Mourinho dijo que el clásico no le condicionaría la alineación de Ámsterdam pero fue un guiño para la galería. Hasta cinco indiscutibles faltaban con respecto a su once tipo, ése que se recita de memoria y que no pensaba alterar mientras estuviera en período de formación o con los deberes ya hechos, tal y como prácticamente se presentó en Holanda. A las ausencias de los tocados Carvalho, Khedira e Higuaín se sumaron los descansos de Pepe y Di María. En todo caso, prometió que haría un equipo digno y fuerte, y cumplió, ya que todos quisieron reivindicarse ante un Ajax del que sólo queda el nombre con respecto al histórico tetracampeón de Europa.

Sin necesidad de acelerar la marcha, ni de hacer sobreesfuerzos peligrosos, el Madrid salió en plan mandón. 'Mou' hizo probaturas en todas las líneas. Atrás, concedió el lateral a Arbeloa y situó a Ramos como pareja de Albiol, pero con el sevillano escorado a la izquierda. En la zona de creación, Lass cumplió como escudero de Xabi Alonso. Pedro León estuvo discreto por la derecha y regresó al banquillo a 25 minutos del final, en lo que cabe interpretarse como otro toque de atención de 'Mou', y Benzema firmó uno de sus mejores partidos en el Madrid.

La hora de Karim

El francés fue protagonista principal. Se le vio conectado con sus compañeros, deseoso de mostrarse a Europa como el gran delantero que se atisbaba en el Lyón y que, hasta ahora, nunca llegó a forjarse en el Madrid. Se movió entre líneas, cayó a las bandas, pidió el balón, enganchó con el centro del campo más que Higuaín, buscó el desborde, trazó incluso alguna bicicleta y remató con decisión y precisión.

Karim ya había obligado a lucirse a Stekelenburg, el gran portero 'ajaccied' que resultó clave en la clasificación de Holanda para la final del Mundial, y a la segunda no falló. Fue una jugada prodigiosa. Un pase medido de Xabi Alonso, un toque de espaldas y con la espuela de Özil que, salvando las diferencias, recordó al célebre taconazo de Guti en Riazor, y un sensacional disparo con el interior que encontró la escuadra.

Con el resultado a favor, ya todo fue coser y cantar. Tal es la inercia ganadora que ha adquirido este equipo que hasta un tiro lejano de Arbeloa sorprendió al guardameta tras rozar en un rival.

Muy celebrado el gol del 'multiusos' internacional por Mourinho, deseoso de que los suplentes disfrutaran de su momento de gloria.

Tan evidente era el dominio español que casi no se protestó un posible penalti de Van der Wiel sobre Cristiano. Las únicas preocupaciones fueron ver la reacción de Xabi Alonso tras un puntapié de del serbio Sulajmani al intentar golpear el balón y saber cómo estaba el ojo de Cristiano tras un manotazo involuntario de Anita. Sin problemas.

El Madrid cumplió un trámite en la reanudación. Con un buen orden defensivo y un toque de balón más pausado de lo habitual, desactivo a un Ajax flojo de piernas, de mente y de fútbol. Sólo ofrece cierta sensación de peligro cuando Luis Suárez aparece. Pero el uruguayo estuvo ramplón, afectado quizá por ese cabezazo a lo Materazzi que ha dado la vuelta al mundo.

No ocurrían apenas cosas y Cristiano dejó patente que él no puede emplearse a medio gas. Primero, se las tuvo tiesas con Enoh por una entrada a destiempo. Luego, conectó con el recién entrado Di María para cerrar el choque con su gol 50 con el Madrid. Y remató la faena al marcar por el medio de penalti. Las anécdotas fueron ver a Dudek hablar junto al poste con Casillas, titular pese a sus problemas estomacales, y a Xabi Alonso y Ramos ganarse la expulsión. Órdenes del ingenioso 'Mou', que dio minutillos intrascendentes a Canales y al canterano Mateos.