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Bojan dribla a Cristiano

El delantero azulgrana habla sobre el duelo contra el Real Madrid una semana antes del duelo

Barcelona Actualizado: Guardar
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El clásico se juega el próximo lunes, pero la batalla psicológica comenzó hace tiempo. Los dos ejércitos mostraron sus estrategias con mucha antelación. El Real Madrid optó por el verbo liderado por un sargento que domina como nadie el arte de la provocación. José Mourinho, que cree en aquello de que "en la guerra todo vale", ha lanzado palabras envenenadas, indirectas punzantes esperando que un clima bélico se apodere del Camp Nou porque es consciente de que el Barça se confunde cuando pierde la calma víctima de la extramotivación. Lo comprobó como entrenador del Inter en la última semifinal de la Liga de Campeones. Pero el Barça prefirió como plan el silencio escenificado una y otra vez por Pep Guardiola, alias 'El filósofo' (según Ibrahimovic), quien no ha entrado a ninguno de los numerosos trapos que le ha colocado el portugués. Sabe el técnico azulgrana que la fuerza de su equipo es el fútbol, no el diccionario.

Con los entrenadores echándose un pulso de diván, los jugadores imitan su estilo, quizás no por casualidad. Cristiano Ronaldo, prolongación de su paisano Mourinho en formas, actitud y carácter para lo bueno y para lo malo, intentó irritar el sábado todo lo que pudo al retar a su máximo rival con un comentario: "A ver si el Barça nos mete ocho como al Almería".

Si alguien se molestó seguramente no fue por lo que dijo, sino por cómo lo dijo, porque la frase merece un análisis. Por su contenido, podría suponerse que alguien del Barça amenazó con repetir ante el Madrid el 8-0 del sábado, pero nadie apuntó nada parecido. Y si lo hubiera hecho, seguramente hubiese sido ingresado de inmediato en un frenopático.

Ni a Piqué, el más osado a orillas del Mediterráneo, se le ocurriría una chorrada de tal calibre. Y tuvo que ser Bojan, prolongación de Guardiola por su condición de canterano que conoce el comportamiento que hay que seguir en la casa, un niño todavía de apenas 20 años, quien contestara con lógica cordura al portugués: "Es obvio que hay muy pocas posibilidades de que se produzca un 8-0 en un clásico, pero con 1-0 ya nos conformamos". Sencillo, sensato y otro capítulo más de lo que puede ocurrir hasta que el lunes ruede el balón: de momento sólo es el clásico de las palabras.