Albert Rivera, el benjamín del Parlament se hace mayor
Albert Rivera, candidato de Ciutadans, es más célebre fuera de Cataluña que dentro, donde no cuenta con la simpatía de la opinión pública
BARCELONA Actualizado: GuardarLos deportistas profesionales suelen decir que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Ese es el objetivo de Albert Rivera (Barcelona, 1979) y el partido que dirige, Ciutadans, la sorpresa de las elecciones de 2006. Cuando nadie daba un duro por ellos, y con sólo dos años de vida, lograron tres escaños. En estas elecciones aspiran a consolidarse en el Parlament con la misma representación o incluso aumentarla. Todo dependerá de la abstención, si es alta, les beneficiará.
Impulsado por intelectuales procedentes de la izquierda críticos con el nacionalismo como Francesc de Carreras, Albert Boadella o Félix de Azúa, Ciutadans ha ido modulando un discurso que les sitúa entre el PP y el PSC, apelando al votante urbano que está molesto con el catalanismo imperante, tanto en las fuerzas nacionalistas como en el PSC.
A pesar de ser el candidato más joven, Rivera, que vive en pareja desde hace siete años, ya tiene la experiencia de las elecciones de 2006. En este caso, tiene una ventaja respecto a aquellas, en las que tuvo que darse a conocer desde cero. Por ello, sorprendió cuando se mostró desnudo en su cartel de campaña. "Ciutadans es un partido político diferente: nace de un movimiento de ciudadanos libres que quieren regenerar la política española", dice. Para las elecciones del 28-N ya no se ha desnudado, sino que los que salen sin ropa son los votantes que le acompañan en el cartel publicitario. Su lema de campaña es "rebélate" y plantea una alternativa a la actual clase política tradicional, "obsesionada por su particular cuota de poder". "Denunciamos el abuso de los nacionalismos", añade.
Los errores de Ciutadans
Su crítica a las multas lingüísticas que pone la Generalitat a los comercios por no rotular en catalán y sus intervenciones en castellano en el Parlament le han hecho más célebre fuera de Cataluña que dentro, donde no cuenta con la simpatía de la opinión pública, que le tacha de demagogo.
Al año de tocar el cielo, Ciutadans cayó en los mismos errores de los partidos clásicos. Divisiones internas y escisiones que culminaron en 2009 cuando la formación tomó la decisión de concurrir a las elecciones europeas con la coalición Libertas. El partido se dividió, pero parece que Rivera, licenciado en Derecho y con una buena oratoria en la tribuna parlamentaria, ha conseguido reconducirlo.