El Madrid va muy en serio en la Copa
En andaluz Paradas Romero quiso ser protagonista, expulsó a Mourinho y Arbeloa y concedió un gol ilegal a Higuaín
I. TYLKO | MADRID Actualizado: GuardarTres años después, el Madrid disputará los octavos de final de la Copa del Rey, su competición maldita en tiempos modernos. Con una actitud irreprochable y detalles de clase extraordinarios, como la rosca de Granero que abrió el marcador y el pase de Di María a Cristiano en el tercer gol, superó a un Murcia digno pero sin empaque suficiente para inquietarle. La 'manita' que en la víspera vio con buenos ojos Iñaki Alonso, el técnico visitante, fue excesiva, ya que tres goles se produjeron en los últimos diez minutos.
El afán de protagonismo de algunos árbitros españoles no tiene remedio. En una noche sencilla, en la que el golazo del 'Pirata' abría el fácil camino para los merengues, el andaluz Paradas Romero la lió en colaboración con sus asistentes. Primero ejerció de valiente y comenzó a sacar tarjetas a los blancos. Se atrevió incluso a expulsar a Mourinho. Romero pasará a la historia por ser el primero Luego, ya con el Bernabéu en contra y al borde del descanso, concedió un gol de Higuaín a todas luces ilegal. No sólo Sergio Ramos estaba en claro fuera de juego, junto al portero, sino que le obstaculizó en el área pequeña. Y cerca del final, envió a la caseta a Arbeloa. Por lo menos aceptó en los dos penaltis postreros.
Más allá de Paradas, que por suerte no es futbolista, el desigual choque dejó varios detalles para el análisis. El primero, la gran actitud del Real Madrid, nada que ver con ese equipo ramplón y desaliñado que cayó ante el Alcorcón o un año antes frente al Real Unión de Irún. Fue un conjunto enchufado, competitivo, con suplentes deseosos de reivindicarse y con un técnico de esos que no aceptan perder ni a las chapas.
Golazo de Granero
El segundo, el lujo de Granero para abrir boca. Recibió un buen pase de Pedro León y la clavó con efecto desde fuera del área.
Debería replantearse si le conviene seguir en el Madrid. Es elegante, tiene clase, toque y pegada pero es blandito y poco esforzado. Un tipo de esos a los que 'Mou' suele poner la cruz. Un caso parecido al de Pedro León, que dejó un túnel de salón, pero careció de continuidad.
Malos tiempos para Canales, ausente de varias convocatorias e incapaz de aprovechar su oportunidad ante los murcianos. Jugó algo escorado a la izquierda y apenas apareció. Le sobra talento pero da la sensación de ser todavía un jugador de físico y carácter frágiles. O golpea con fuerza a la puerta y dice aquí estoy yo, o con 'Mou' lo tiene crudo. Su cambio en el descanso es más que un símbolo.
Con el choque y la eliminatoria ya resueltos, el técnico portugués dio otro golpe de autoridad. Para evitar cualquier atisbo de relajación, en el arranque de la segunda mitad introdujo a Xabi Alonso y Cristiano Ronaldo, aparentemente obsesionado en dar un balón de gol a Benzema. El francés disputó todo el partido y, hasta que aprovechó un penalti, evidenció que sigue negado. Luchó, porfió, tuvo una clarísima y la estrelló contra el larguero. Cuando el Murcia al fin se estiró, Casillas estuvo blando de manos. Pero el Bernabéu le ovacionó casi tanto como a Di María, la estrella del tramo final. Y mientras tanto, Lass sigue 'castigado'.