Gallardón, número dos
La promoción del alcalde de Madrid sería la gran baza electoral de Rajoy para el 2012
Actualizado: GuardarRajoy está decidido a contar con Alberto Ruiz-Gallardón como número dos -o número tres si decidiera que la segunda plaza fuese ocupada por una mujer- en la lista madrileña a las generales del 2012. En principio, y aunque la publicación de la noticia puede acelerar las decisiones, la llegada del alcalde de Madrid a la gran política nacional solo se oficializará después de las autonómicas y municipales de mayo, en las que se da por seguro que Gallardón revalidará el cargo. La decisión de Rajoy responde a un cierto compromiso contraído con Gallardón en mayo del 2008: tras el conocido incidente del ascensor, en que Rajoy soportó de cerca la irreductible rivalidad entre Gallardón y Aguirre y optó por mantener a ambos en sus respectivos ámbitos territoriales, el presidente del PP abortó la idea de Gallardón de abandonar la política con la promesa de acompañarlo en el 2012. Sin embargo, aquella rivalidad no ha cesado, por lo que es posible que la filtración del futuro destino del alcalde madrileño forme parte de una estrategia de apaciguamiento encaminada a preparar a la presidenta madrileña con tiempo por delante. El fichaje de Gallardón es, para Rajoy, una garantía de éxito. Primero, porque el alcalde es la personalidad con mejor cartel en la política española, y no solo en el ámbito del centro-derecha sino también en los demás espacios ideológicos. Segundo, porque 'centra' a Rajoy, cuya trayectoria se estaría escorando hacia estribor según la secuencia de encuestas del CIS. Finalmente, porque la promoción de este personaje zanja un viejo contencioso que debilitaba absurdamente al Partido Popular, ya que le forzaba a prescindir de una de sus personalidades más apreciadas en términos electorales. El anuncio del ascenso de Gallardón representa una seria contrariedad para el Partido Socialista, ya que el alcalde madrileño tiene gran tirón entre su propia clientela progresista. Aunque a corto plazo, tal mudanza pueda producir crujidos y tensiones en el PP madrileño: Aguirre no aceptaría que Manuel Cobo, su bestia negra, siguiese de número dos tras Gallardón para convertirse en alcalde, por lo que podría haber llegado la hora de Ana Botella. El tiempo lo dirá.