Negredo y Alfaro enseñan el camino hacia la 'Champions'
Iturralde expulsó de manera injusta a Topal y César se lesionó en la primera mitad
SEVILLA Actualizado: GuardarEra un partido de los denominados grandes. De esos que cualquier aficionado paga una entrada para ver. Un Sevilla -Valencia es sinónimo de estrellas, entusiasmo, clase y lucha, mucha batalla. De hecho el encuentro comenzó como era de esperar. Un duelo de ida y vuelta, donde los candidatos a la tercera plaza (de ilusos es pensar más allá) no daban tregua. Fue el Sevilla quien mejor empezó. Cosa lógica, teniendo en cuenta que era el local. Perotti hizo la más clara para los suyos, pero fue Mata quien de verdad tuvo la oportunidad de adelantar a los visitantes, si no llega a ser por Javi Varas.
Pero entre los 25 protagonistas hubo uno al que le suele gustar salir de actor principal. De nombre vasco y apellido castellano, gustó a Iturralde González decidir que el empate a cero estaba empezando a ser demasiado soso. Así que cerca de la media hora de juego complació al aficionado de casa expulsando por roja directa al valencianista Topal, por una entrada sobre Cáceres. Bien es cierto que en apariencia era justa. Pero que el uruguayo hiciera un teatro, que bien lo hubiese firmado su compatriota el dramaturgo Mauricio Rosencoff, inclinó bastante la balanza en la decisión final.
Con uno menos el Valencia no se amilanó. Los de Unai Emery supieron controlar las nítidas avanzadillas que intentaban Capel y Perotti por las bandas. No se encontraba cómodo el Sevilla con un centro del campo muy lento, con Romaric haciendo de organizador y con escasa calidad.
El técnico 'ché' hizo el juego perfecto para los suyos. Joaquín, ex bético y eso se recuerda con gracia en el Pizjuán, ayudó en defensa hasta que en el descanso continuaron los problemas levantinos.
César se lesionó en la primera mitad, aguantó hasta el final y ya en vestuarios dijo que le tocaba a otro hacer de espartano. Su sustituto, un tipo de esos que tienen cara de ser buena persona, lo confirmó en la segunda mitad. Guaita no supo atajar un disparo de Cáceres desde el borde del área y Negredo, que acababa de entrar, marcó por debajo de las piernas del guardameta.
Encuentro abierto
El gol abrió aún más un partido loco, roto. Emery se limitó a anudarse más la corbata y ajustarse los pantalones para comprobar que todo seguía en su sitio. Ese toque de torero en la Maestranza le dio la idea de dar entrada a Jordi Alba viendo que el encuentro se convertía en un correcalles. Y lo logró. El Valencia disputó de sus mejores minutos, a pesar de la inferioridad.
No interesaba ello a Manzano, pero decidió envidar la apuesta de su compañero y apostó por más madera. Con la entrada de Alfaro dio orden a los suyos de que quería ampliar el marcador. El canterano, en estado de gracia, dijo que donde hay capitán no manda marinero.
Así que hizo caso a su jefe y anotó el segundo, tras una gran jugada y pase de Dabo. El propio lateral francés fue de nuevo héroe a la siguiente jugada, cuando evitó el tanto valencianista.
A partir de ahí el Sevilla se limitó a tocar entre los 'olé' del público y el enfado de los rivales, que terminaban el festejo con duras entradas. Los últimos minutos fueron para el disfrute entre la lluvia en Sevilla de una afición que quería alegrías. El Valencia pierde tres puntos ante un rival directo. El Sevilla los gana y se acerca a 'Champions'.