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Unos 400.000 barceloneses arroparán al Papa en su recorrido por la ciudad

La sociedad recibe con sentimientos divididos al Pontífice

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Unos 400.000 fieles aguardan al Papa en Barcelona, en la que será la segunda etapa de su viaje a España. A diferencia de Santiago de Compostela, los más devotos no le esperan haciendo cola y pasando la noche al raso frente al templo de la Sagrada Familia, ya que para asistir a la misa y al ángelus que mañana oficiará Benedicto XVI desde la basílica levantada por Antoni Gaudí hay que tener una invitación especial y por tanto no puede entrar cualquiera. Sólo 6.500 afortunados podrán asistir en directo y desde el interior a la ceremonia de consagración del templo, que por primera vez en 120 años acogerá una misa en su nave principal y su altar mayor. Entre los asistentes estarán los Reyes de España.

El presidente del Gobierno, por contra, no acudirá a la misa. Otras 36.000 personas, también con entrada previa, presenciarán los oficios papales desde las tribunas y las hileras de sillas que se han habilitado en el exterior de la Sagrada Familia. Verán y escucharán la palabra del Santo Padre a través de las 22 pantallas que se han instalado en los alrededores del templo expiatorio. El ángelus de las doce, en cambio, lo verán en directo. No muy lejos de allí, a unas cinco manzanas, otros 15.000 feligreses disfrutarán de la jornada papal desde la plaza de toros Monumental. Además de la nave central, el Papa estrenará una zona destinada a los fieles, que imita un bosque frondoso a base de columnas de piedra; el nuevo pavimento (de pórfido y piedra, que formará un gran mosaico con las iniciales de la Sagrada Familia: Jesús, María y José); el baldaquino; así como los trabajos en la sillería del presbiterio, con capacidad para trescientos clérigos, y la puerta de bronce del portal mayor de la fachada de la Gloria, de Josep Maria Subirachs.

Recibimiento de Montilla

La llegada de Benedicto XVI se ha producido a las 21:07 horas, cuando ha aterrizado en el Prat el Airbus A321 de Iberia en el que viajaba. Al pie del avión ha sido recibido por el president José Montilla. Desde allí, traslado en coche privado al palacio Episcopal, junto a la Catedral de Barcelona, donde pasará la noche. Allí, el Papa ha roto el protocolo previsto y ha saludado desde el balcón del edificio a la multitud que se concentraba ante la Catedral de Barcelona. El gesto del pontífice ha desatado la euforia de la multitud que llevaba casi cinco horas concentrada a la espera de la llegada de Benedicto XVI.

En cualquier caso, el plato fuerte de la visita papal a Barcelona empezará mañana domingo a las nueve de la mañana. El 'papamóvil' recorrerá medio centro de la ciudad en treinta minutos. Circulará a 15 kilómetros por hora por la avenida de la catedral, Vía Layetana, Pau Claris, Diputación y Marina. Son unos 3,5 kilómetros en los que se prevé que haya unas 400.000 personas. Con toda seguridad irán ataviados con paraguas y chubasqueros, porque el parte meteorológico prevé lluvias para mañana, una circunstancia que ya se dio hace 28 años, cuando el papa Juan Pablo II visitó Barcelona también un 7 de noviembre. Aquel día cayeron chuzos de punta, lo que deslució en parte el viaje de Karol Wojtyla. Además de la lluvia, en esta ocasión lo que puede empañar también la visita papal son los numerosos actos de protesta que se han organizado contra la presencia de Benedicto XVI. Movimientos sindicalistas, laicos, ateos, colectivos de homosexuales, feministas y católicos críticos llevan desde el jueves