Las campanas repican para dar la bienvenida al Papa
Los Príncipes reciben al peregrino más ilustre de este año Xacobeo entre una intensa niebla que cubría el cielo compostelano
SANTIAGO Actualizado: GuardarLas campanas de las iglesias de la archidiócesis de Santiago de Compostela han empezado a repicar para anunciar la llegada del Papa a la capital gallega, donde aterrizó procedente de Roma a las 11:24 horas. El arzobispado de Santiago dio instrucciones a todos los sacerdotes para que hicieran sonar las campanas para anunciar tanto la llegada del Papa como el comienzo de la celebración de la eucaristía que ha oficiado Benedicto XVI a las 16:30 horas en la plaza del Obradoiro. De hecho, desde esa hora y hasta las 19:00 horas ha quedado suprimida la celebración de misas.
El avión en el que viajaba Benedicto XVI ha aterrizado a las 11.27 horas de este sábado en el aeropuerto compostelano de Lavacolla, donde ha sido recibido por las autoridades antes de emprender su recorrido en 'papamóvil' hasta la Catedral compostelana. La aeronave ha podido tomar tierra pese a una intensa niebla que cubría el cielo compostelano. La posibilidad de que el avión fuera desviado hacia otro aeropuerto ha provocado en los instantes anteriores la incertidumbre generalizada en la pista del aeropuerto de Santiago.
Los Príncipes de Asturias, como representantes de la Casa Real, -que llegaron minutos antes en avión, sobre las 11.15 horas- han recibido al Papa a pie de pista. El Nuncio Apostólico y el Introductor de Embajadores han entrado en la aeronave para flanquear la salida de Benedicto XVI, que fue recibido entre aplausos de los presentes. Además, el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, como representante del Ejecutivo central, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, entre otras autoridades, estaban en el aeropuerto para recibir al Pontífice.
El mal tiempo, protagonista
De la cabina del piloto sobresalían las banderas del Vaticano y de España mientras los quinientos invitados de la Xunta, la Guardia Civil, la Policía Nacional y el personal del aeropuerto agitaban banderas de España, de Galicia y del Vaticano al grito de "Viva el Papa" o "Sí, sí, sí, Benedicto ya está aquí".
Si el Papa ha sido el gran aclamado y el extraordinario protagonista, la presencia de los Príncipes y, sobre todo, la niebla que cubre todavía la ciudad, también han tenido su cuota. De hecho, tras escuchar los himnos de ambos Estados, mientras el Papa recorría la alfombra roja entre el avión y la tribuna principal, el príncipe Don Felipe, que caminaba a su lado, le iba señalando el cielo compostelano mientras Benedicto XVI asentía.
La tribuna principal estaba formada por un arco cubierto, en el que había tres grandes escudos del Reino de España, justo detrás de las tres sillas principales, en las que estaban sentados los príncipes y el Papa. A la derecha del pontífice se han sentado las autoridades civiles, que una a una han ido estrechando la mano de Benedicto XVI, algunas con pronunciada genuflexión, como el embajador de España en el Vaticano, Francisco Vázquez, y otras, la mayoría, sin realizar ese gesto. A la izquierda del Papa se encontraba sentada la representación de la Iglesia, encabezada por el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, que ha viajado en el avión con Benedicto XVI.
Tras los discursos, el Papa y el resto de la comitiva se han desplazado al interior de la nueva terminal de Lavacolla, aún en obras y sin inaugurar, en donde el pontífice ha mantenido una recepción privada con los Príncipes de Asturias y, posteriormente, con el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
Una representación de la Brigada Ligera Aerotransportable con base en Pontevedra acompañada por la banda militar de la Fuerza Operativa Logística de A Coruña ha sido la encargada de rendir honores e interpretar los himnos nacionales a pie de pista.