El Barça se salva del KO

El Barcelona sufrió, se asomó al abismo, pero reaccionó y salió victorioso. Los azulgrana se impusieron a un, hasta entonces invicto Valencia, tras remontar el tanto inicial de Pablo Hernández. Los de Emery fueron de más a menos y consiguieron maniatar al Barça en la primera mitad. Sin embargo, los azulgrana, liderados por un Xavi excepcional, mostraron todo su potencial en la segunda mitad para cambiar el sino del partido y amarrar los tres puntos.

El Barça mantiene casi el mismo bloque que hace dos años consiguió el triplete con un juego sublime. Sin embargo, pese a mantener el mismo estilo que le ha encumbrado como el mejor equipo del mundo, los resultados no le acompañan, sobre todo en casa. El Camp Nou se le atraganta. El gran tropiezo frente al Hércules, se tomó como una anécdota. Pero el empate con el Mallorca encendió algunas alarmas. El choque contra el Valencia ha confirmado que algo no funciona. El conjunto culé se muestra intermitente e irregular en su juego. Con lagunas defensivas impensables y con una falta de pegada, representada en Villa, preocupante.

El Valencia llegó al Camp Nou como líder y esos galones exigen una actitud ambiciosa. Por eso los de Emery empezaron sin miedo, dispuestos a controlar el choque. Pablo Hernández y Mathieu activos y pegados a la línea de cal sorprendieron a los locales y provocaron quebraderos de cabeza a la zaga azulgrana. Sin la pelota, el Barça sufría. Xavi, que regresó tras la tendinitis en los talones, e Iniesta trataban de reconducir la situación cada vez que controlaban el esférico. Pero el ritmo de los locales era lento y espeso. Messi estaba desaparecido por primera vez en mucho tiempo. La falta de dinamismo y chispa del argentino era el reflejo de la impotencia del equipo. Un querer y no poder impropio del Barça. Los de Guardiola creaban peligro con centros laterales ante la imposibilidad de penetrar por el centro.

El conjunto ‘ché’ seguía a lo suyo. Presión, robo de la pelota y juego por banda. De esa forma llegó el primer tanto. Mathieu galopa por la izquierda con determinación y su centro atrás lo remata Pablo Hernández. El Camp Nou enmudeció. Los jugadores azulgranas no creían lo que ocurría. Sin embargo, el líder no aprovechó el estado de ‘shock’ del rival para ampliar la renta. Y eso que Pablo dispuso de otra gran oportunidad que Valdés abortó con una parada extraordinaria. Los de Emery eran dueños del partido. El Barça zozobraba a la espera de encontrar una explicación a lo sucedido.

Transformación culé

En el descanso Guardiola debió encontrar la fórmula mágica porque sus jugadores salieron con una actitud completamente diferente. El Barça irreconocible, atascado y espeso de la primera mitad se transformó en el equipo genial, brillante y alabado de temporadas atrás. El mismo capaz de golear en tan sólo unos minutos. La mutación dio resultado de manera inmediata. Al minuto de la reanudación, una pared perfecta entre Iniesta y Xavi terminó con el tanto del jugador albaceteño. Pero los azulgrana no se conformaron y mantuvieron el ritmo, mientras el Valencia se desvanecía, incapaz de frenar las embestidas culés.

Villa, que siempre había marcado ante sus ex equipos, dispuso de multitud de ocasiones para aumentar dicha estadística. Pero unas veces la falta de puntería y otras las providenciales intervenciones de César, impidieron que el asturiano lograra el tanto. Hasta que volvió aparecer Xavi. El mediocentro puso un centro medido para que Puyol cabeceara a la red el segundo. Emery sacó a Vicente y Aduriz para intentar cambiar la situación, pero los azulgrana ya no levantaron el pie del acelerador. El Camp Nou volvió a respirar.