Imagen capturada de un video facilitado por la Presidencia de Chile que muestra el momento en que los rescatistas desplegaron un cartel frente a la cámara en el fondo de la mina donde se puede leer "Misión cumplida Chile", tras la llegada a la superficie de Luis Urzúa, con lo que se puso fin a las labores de rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en el yacimiento San José el pasado 5 de agosto. / Efe.
70 días bajo tierra

Piñera se compromete ante los 33 mineros a que «nunca más» se trabaje en condiciones «tan inseguras e inhumanas»

Los rescatados visitarán el próximo sábado el campamento 'Esperanza' en el que sus familiares los esperaron desde el 5 de agosto

SANTIAGO DE CHILE Actualizado: Guardar
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El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha visitado en el hospital a los 33 mineros rescatados, a los que recibirá el 25 de octubre en el Palacio de la Moneda y ante los que se ha comprometido a garantizar que "nunca más" se trabaje "en condiciones tan inseguras e inhumanas" como ellos. Además, el día que los mineros visiten La Moneda jugarán un partido de fútbol contra una selección de funcionarios de la sede gubernamental, con unas especiales condiciones.

"El equipo que gana se queda en La Moneda y el que pierde se queda en la mina", decía en tono bromista el mandatario chileno durante una rueda de prensa que ha ofrecido tras visitar a los mineros en el hospital de Copiapó, donde permanecen internados.

En ese partido, los mineros estarán dirigidos por Franklin Lobos, que antes de trabajar en la mina se desempeñó como futbolista en la liga profesional, donde incluso compartió vestuario en el Cobresal con el ex internacional Iván Zamorano.

Ante los mineros, que fueron rescatados entre el martes y el miércoles tras haber pasado 70 días a 700 metros de profundidad a causa de un derrumbe en la mina de cobre San José, en el norte de Chile, Piñera ha prometido mejorar las condiciones laborales del país.

Revisión de la legislación laboral

El mandatario se ha comprometido a no permitir "nunca más" que se trabaje "en condiciones tan inseguras y tan inhumanas" como en el yacimiento San José, que carecía de las dos vías de escape que exige la legislación minera. Para ello, se anunciará en las próximas semanas "un nuevo trato con los trabajadores" que incluirá una revisión de la legislación laboral y de los procedimientos y estándares de fiscalización "para ponerlos al nivel de los países más desarrollados", ha dicho Piñera.

El Gobierno y los mineros deberán decidir a partir de ahora qué hacer con los elementos que se han convertido en un símbolo de este exitoso rescate y, en especial, con el 'campamento Esperanza', levantado en las cercanías del yacimiento San José. Algunos familiares habían expresado su intención de convertir ese campamento en un santuario, pero Piñera ha descartado esa posibilidad. "No va a ser un santuario, pero sí probablemente un memorial para recordar esta epopeya", adelantaba.

También se evaluará el destino de la cápsula 'Fénix 2', que a través de un conducto izó a los mineros desde los 700 metros de profundidad, así como del mensaje "estamos bien en el refugio los 33", que el pasado 22 de agosto permitió confirmar que todos habían sobrevivido al derrumbe. "Éste es un patrimonio que pertenece a los chilenos y a toda la humanidad", ha señalado Piñera.

Tras visitar a los trabajadores, algunos de los cuales podrían abandonar en las próximas horas el hospital de Copiapó, Piñera ha relatado que uno de los mineros le hizo una parodia de cómo se desarrollaba la vida en el interior la mina. "Demostraron mucho ingenio y mucha capacidad de trabajo en equipo", ha apuntado el mandatario, que no ha dado más detalles al respecto.

Orgullo chileno

Todo Chile celebra el desenlace de la mayor operación de salvamento subterráneo de la historia tras el rescate. La llegada a la superficie del último trabajador, el capataz Luis Urzúa, fue el colofón a una operación de salvamento ejecutada de forma impecable por un equipo de técnicos y geólogos que durante 53 días pusieron en marcha tres planes alternativos para llegar hasta el lugar donde se habían refugiado los mineros.

Tras casi 24 horas de trabajo ininterrumpido, la espectacular operación de rescate concluyó con los 33 mineros sanos y salvos en la superficie del yacimiento San José y con los mineros abrazados a sus seres queridos.

Al conocer la noticia, cientos de miles de chilenos se echaron a las calles de las principales ciudades para festejar el desenlace de esta epopeya, mientras repicaban las campanas de las iglesias y sonaban las sirenas de los bomberos.

En Santiago, apenas unos minutos después de que Urzúa saliera de las profundidades de la mina, miles de personas se congregaron en la céntrica Plaza Italia, a la que suelen acudir los capitalinos para celebrar los triunfos políticos y deportivos. "Mineros supersónicos" y "¡Fuerza, mineros!" eran algunos de los mensajes que podían leerse en las decenas de pancartas desplegadas. Las celebraciones se extendieron a otras ciudades a lo largo de todo el país, como Linares, Punta Arenas, Talca, La Serena y Osorno, entre otras.

Memorial en la mina

Al igual que sus 32 compañeros, Luis Urzúa fue izado en una cápsula de hierro que en pocos minutos recorrió los 622 metros de distancia entre la superficie y el refugió donde se guarecieron los mineros tras el derrumbe ocurrido el pasado 5 de agosto. Al comenzar la evacuación, la medianoche del martes, los familiares se congregaron frente a los monitores de televisión instalados en el "campamento Esperanza" para seguir el rescate minuto a minuto.

Cada vez que la cápsula "Fénix 2" devolvía a la superficie a uno de los accidentados, estallaban en llanto y gritos de jubilo. Lo que comenzó siendo otra tragedia en este convulsionado año del bicentenario chileno ha tenido, a diferencia del terremoto de febrero, un desenlace feliz que el presidente Piñera no duda en calificar de "milagro". En el 'campamento Esperanza', la ansiedad y la tensión acumuladas por los familiares y amigos de los mineros dieron paso a una explosión de júbilo que contagió al propio presidente Piñera, quien llegó a la mina para supervisar la operación de rescate. "!Viva Chile, mierda!", gritó Piñera antes de invitar a los presentes a entonar el himno nacional.