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El 'jefe' de los ultras dice que la violencia fue contra la Federación

El Ministerio del Interior italiano defiende la labor de la policía "que debido a su profesionalidad evitó una tragedia como la de Heysel"

ROMA Actualizado: Guardar
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El supuesto "jefe" de los ultras serbios, Ivan Bogdanov, que se encuentra detenido en Italia, explicó que la violencia que desencadenaron en Génova (noroeste) el pasado martes era una protesta contra la Federación de fútbol de Serbia y no tenía matices políticos o nacionalistas. Bogdanov, de 30 años, cuya foto durante los incidentes ha dado la vuelta al mundo, es el ultra corpulento, con los brazos llenos de tatuajes, con una camiseta con una calavera, y cubierto con un pasamontañas. Encaramado a una valla de contención del estadio se dedicó a romperla con unos alicates y a arrojar bengalas al campo e incitar al resto de hinchas.

El abogado del serbio, Gianfranco Pagano, trasladó las palabras del ultra tras un encuentro con él, antes de que este viernes sea interrogado por el juez. Según el letrado, Bogdanov negó ser el jefe de los ultras y pidió disculpas a Italia por lo sucedido, al explicar que fue una reacción contra la Federación serbia de fútbol. Según Pagano, Bogdanov también se distanció de los posibles matices políticos generados tras los actos violentos al asegurar que era "un nacionalista, pero como todos los serbios" y que sobre todo era un "un gran hincha del Estrella Roja de Belgrado".

Por ello, explicó que estaba "enfadado" con el portero se la selección, Vladimir Stojkovic, ya que tras formarse en el Estrella Roja pasó al equipo rival, el Partizan. Stojkovic fue uno de los objetivos del lanzamiento de piedras y bengalas por parte de los serbios contra el autobús en el que viajaba la selección. El seleccionador italiano, Cesare Prandelli, explicó que antes de salir al campo ya se tuvo el presentimiento de que algo iba a pasar, cuando vio que Stojkovic se había refugiado en el vestuario de sus pupilos y "temblaba"

Bogdanov, 30 años, está acusado de graves daños, y de portar objetos contundentes, en el marco de la legislación relativa a las manifestaciones deportivas. Por estos cargos se enfrenta a una condena de 1 a cuatro años de reclusión, pero el abogado podría pactar la pena a dos años y, como permite la ley italiana al ser un ciudadano no europeo, ser expulsado inmediatamente del país. Tras los altercados del martes fueron detenidos 17 serbios, de los que 8 se encuentran encarcelados en espera de juicio. El resto fueron sólo denunciados y expulsados a su país.

Italia critica a la UEFA

Por su parte el Ministerio del Interior italiano ha continuado culpando a la policía serbia de no haber informado del peligro de la llegada para el encuentro contra Italia de los cerca 1.800 ultras serbios. El ministro del Interior, Roberto Maroni, también trasladó sus críticas a la UEFA, que podría multar a Italia por haber dejado entrar en el campo a los ultras serbios con un verdadero arsenal de petardos, bengalas, y objetos cortantes. "Escribiré a Michele Platini para que la UEFA adopte el sistema italiano de seguridad en el fútbol pues, si estuviese en vigor, estos delincuentes no habrían venido a Italia", ha dicho Maroni.

El ministro se refería a la normativa italiana que impide que, en caso de que se declare un partido de alto riesgo, puedan viajar los aficionados del club visitante, así como se ha exigido tener que sacarse un "carné del aficionado" a quien quiera ver a su club fuera de casa. Maroni también defendió la labor de la policía italiana "que debido a su profesionalidad evitó una tragedia como la de Heysel", cuando el 29 de mayo de 1985 durante la final de la Copa de Europa en Bruselas, murieron 34 italianos seguidores del Juventus, dos belgas, dos franceses y un británico, a causa de una avalancha debido a la violencia protagonizada por los ultras del Liverpool.

Por otra parte, el "número dos" de Interior, Alfredo Mantovano, ha afirmado durante un programa radiofónico que en el fax que la policía serbia envió a los colegas italianos "no se mencionaban posibles riesgos". Las autoridades serbias pidieron disculpas al Gobierno italiano por la violencia de los ultras, cuyo comportamiento violento obligó a la suspensión del encuentro y provocó incidentes antes y después del partido, pero se añadió que se envió un fax comunicando la llegada de los hinchas.

"En el fax de la policía serbia sólo se hablaba de la llegada a Génova de 1.300 hinchas con billete. Luego nos comunicaron que llegaban por sus propios medios y en cuatro autobuses, que luego se convirtieron en nueve y se pasó a cerca 1.800 aficionados", añadió Mantovano. "Como no hubo información, no se realizaron controles a la llegada a Italia de los serbios, por lo que es absurdo atribuir ahora a Italia la omisión de los controles de seguridad". agregó Mantovano. Por su parte, el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, explicó al canal de televisión SKYTG24, que se ha pedido a las autoridades serbias competentes explicaciones sobre "por qué no llegaron estas informaciones" sobre la peligrosidad de los ultras.