Adiós al duro pero noble Arteche
El mítico defensa cántabro del Atlético fallece a los 53 años, víctima de un cáncer de riñón
MADRID Actualizado: GuardarDuro pero noble. Así era como futbolista Juan Carlos Arteche, uno de los jugadores más queridos por los aficionados del Atlético de Madrid, el mítico defensa central de la década de los 70 y 80 que falleció la madrugada del miércoles, a los 53 años, víctima de un cáncer de riñón. "Si no consigo parar el tumor, acaba conmigo", aventuraba hace justamente un año Arteche, cuando, tras dos operaciones y un tratamiento de quimioterapia, estaba siendo sometido a una medicación más selectiva que no dio resultado porque tenía el cáncer tan extendido que ya no tenía solución. A pesar de su fortaleza física y su optimismo, Arteche perdió la batalla contra la cruel enfermedad.
Un día se levantó y orinó "con color a coñac". "Hacía 20 años que no tomaba coñac y fui al médico". Le diagnosticaron un tumor de 14 centímetros que obligó a ser intervenido de urgencias para extirparle el riñón, pero sólo tres meses después le descubrieron ganglios infectados y tuvo que pasar de nuevo por el quirófano. "Fue peor que la primera vez, aunque mi mujer me ayudó muchísimo".
Llevaba 33 años, más de media vida, casado con Rosa. Tenía tres hijas, y estaba enamorado del 'Atleti', aunque el jugador cántabro nunca tuvo el homenaje que merecía porque debió salir del club rojiblanco por la puerta de atrás, despedido de mala manera por Jesús Gil después de defender la camiseta rojiblanca durante 11 temporadas. "He sido uno de los pocos en este país que le ha hecho frente a Gil", presumía el valiente Arteche, intimidador dentro y fuera del campo, temido y odiado por los rivales e idolatrado por una afición que le puso un apodo excesivo dada la limitada técnica del expeditivo y contundente zaguero: 'Artechenbauer'.
Era un central de los de antes, el espíritu del Atlético de mediados de los 80, el jefe de un vestuario plagado de futbolistas de cantera. Comenzó su carrera en los juveniles del Racing de Santander, donde también trabajó su mujer, y llegó al equipo rojiblanco con 21 años, pero decidió retirarse a los 32, cuando aún tenía ofertas y le quedaba alguna temporada más en la élite: "Si quería seguir jugando al fútbol tenía que llegar a un acuerdo, pero no di mi brazo a torcer. Era un problema de dignidad. A mí este tío (Gil) no me toma el pelo, me dije. Por eso tuve que dejarlo antes de tiempo". Llevó a los tribunales al entonces dueño del Atlético y le ganó todos los juicios por despido improcedente.
El himno del Atleti
Con el himno del 'Atleti' -"el de toda la vida, no el Sabina"- como melodía de su móvil y el carnet de abonado, acudía a cada partido al Vicente Calderón, y seguía jugando al golf, otra de sus grandes pasiones, y al pádel. La Salmes Cup, el torneo aficionado de golf entre amigos disputado el pasado mes de junio en Denia, fue su última competición, cuando el cáncer ya le tenía vencido. El luchador y fortachón Arteche, dedicado a la venta de artículos deportivos, sobre todo de fútbol, siguió haciendo "vida normal" hasta los últimos días que pasó ingresado en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, donde se fue consumiendo.
También era presidente de la Fundación 'Deporte y Vida' para la prevención contra la droga, y comentarista de radio, el medio que en 1988 fue la puntilla para su despido porque decidió conceder una entrevista a la emisora de José María García, enfrentado a Gil. Al día siguiente de hablar en 'Antena 3', el propietario del Atlético, en pleno césped de La Rosaleda, expulsó del club al "indigno" Arteche. Los otros despedidos fueron Quique Setién, Quique Ramos y Landáburu, miembros de una plantilla en la que también estaban Mejías, Tomás, Ruiz, Clemente, Julio Prieto, Marina, Cabrera, Rubio, Pedro Pablo o Pedraza.
"Yo era uno de los veteranos con cierto peso, pero de ahí a chivato, no. No era de esa condición hasta que Gil me echó", expresaba en plan sorna el cuarto jugador en la historia del Atlético que más partidos ha disputado (308), tras Adelardo, Tomás y Collar. Con el Atlético, que lamenta su "irreparable pérdida", conquistó la Copa del Rey y la Supercopa de España de 1985 y perdió la final de la Recopa de 1986. Ese mismo año debutó con la selección, con la que llegó a jugar cuatro partidos. El mundo del fútbol está de luto por Arteche , representante de un espíritu y un carácter que no puede olvidar el Atlético. Este jueves será incinerado en el cementerio de la Almudena.